Los aspectos evolutivos del hombre a lo largo de la historia – (Orrorin tugenensis)

Orrorin tugenensis

Entre Sahelanthropus tchadensis y Orrorin tugenensis se mantuvo una disputa por quién sería el último ancestro común entre el hombre y el chimpancé, finalmente, y claro como lo muestra el ordenamiento taxonómico y las bifurcaciones de la línea evolutiva que llegan hasta nosotros, ubican a Toumaï como el poseedor de tal privilegio, bueno, al menos hasta ahora, nunca se descarta la posibilidad de que futuros hallazgos se hagan presentes.

La especie Orrorin tugenensis fue coloquialmente bautizada como “Milenium Man” o “Homo Milenium” al referirse a los restos fósiles hallados en Tugen, Kenia, de los cuales, en un principio se consideró que sería el ancestro que guardaría el mismo vínculo que hoy separa al hombre del chimpancé. Sin embargo, desde que Toumaï fue descubierto, los exámenes de radiocarbono y demás técnicas de dataciones, ubicaron a éste como el ancestro más antiguo, convirtiendo a Orrorin en algo más que un descendiente.

Un grupo de paleo-antropólogos franco-keniatas e ingleses fueron los descubridores de un conjunto de elementos fósiles, entre ellos se encuentran trece fragmentos pertenecientes a distintos individuos: molares, caninos, incisivos, fragmentos de mandíbula, fémur, húmero y la falange de un dedo. De acuerdo a las dataciones, estos fósiles tienen entre 5 y 6 millones de años, lo que sería equivalente a finales del Mioceno.

Los análisis y comparaciones de la conformación de las distintas partes óseas, nos dicen que el fémur, sobre todo su posición, guardan parecidas características humanas, esto convierte en positiva la idea de que Orrorin utilizaba la bipedación como método de desplazamiento, aunque seguramente no se valía de tal habilidad como una capacidad primordial ya que la falange del dedo, tanto como la forma y posición del húmero, nos indican que tenía la condición de trepar árboles; además hay que sumar otra característica que añade bipolaridad, sus dientes, cuyos molares son de un tamaño considerable, pero los dientes que pertenecen a la parte externa de la boca (caninos) son relativamente pequeños, esto significa que era de carácter frugívoro/herbívoro y que probablemente se alimentara de insectos.

Pero hay que saber que todavía estamos frente a un ser que, si pudiéramos verlo en persona, diríamos que estamos frente a un simio, pero el detalle más importante de todos y el más transcendental, el poder erguirse sobre sus patas traseras, la función que permite dar libertad a las manos, para entre otras cosas manipular objetos, consecuencia vital para el desarrollo de la inteligencia.

Pero una de las preguntas más importantes es: ¿Por qué estos proto-humanos decidieron bajar de los árboles, para comenzar una vida en el suelo? En próximos artículos encontraremos la respuesta a tal incógnita.

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