Mantener la calma en situaciones conflictivas

En la vida, las situaciones conflictivas se presentan con frecuencia. No se pueden evitar del todo. Podemos poner nuestra mayor predisposición, cordialidad, ser flexibles, comprensivos, pero aún así en el ámbito del trabajo, de las relaciones familiares, de las amistades y la pareja, los problemas aparecen.

A veces incluso, en situaciones intrascendentes, como en un comercio cuando realizamos una compra. Calma. Son una oportunidad para conocernos mejor a nosotros mismos y tratar de superarnos. Compartamos algunos consejos para mantener la calma en situaciones conflictivas.

 

Mantener la calma en situaciones conflictivas

El primer consejo y el más importante es no precipitarse. Quien aprende a manejar las ráfagas de pensamientos y sentimientos negativos que surgen como un volcán en erupción cuando se presenta una situación conflictiva, tiene la mitad del camino recorrido.

Es que muchas veces, nos aborda una ráfaga de emociones negativas tan solo porque hemos interpretado algo (ya sea un comentario, una reacción de otra persona o una situación) del modo más negativo posible. Tomar un poco de distancia permite aclarar lo que realmente ocurrió. Acostúmbrate a no tomar por válido lo primero que pase por tu mente.

En la misma línea de lo anterior, puedes posponer tu respuesta. Si alguien te está presionando a tomar una decisión o a que hagas algo que no te convence, puedes responder que lo pensarás. Así ganas tiempo para dar una respuesta sincera y bien pensada. Evitarás el remordimiento de tomar una decisión o respuesta precipitada.

El viejo truco de lavarte la cara con agua fría, funciona. Si sientes que estás al borde de perder los estribos, pide permiso para ir al baño y lávate la cara. La sensación de agua fría en tu cara hará que te calmes rápidamente. De hecho, reduce la frecuencia cardiaca entre un 10 y un 25%. Aprovecha tu “tiempo fuera” en el baño para respirar hondo unas cuantas veces, siendo conciente de cómo el aire entra y sale, para volver a tu eje y mantener la calma.

Contar hasta 10 es un truco aún más viejo, pero siempre vigente. Salir un momento de la situación, te ayudará enormemente a ver las cosas de otra manera, y resolver con eficiencia y tranquilidad.

La postura corporal ayuda a tener pensamientos más positivos. Si sientes que tu autoestima están más baja que nunca y te sientes miserable, adopta una postura expansiva, erguida, con la cabeza alta, ocupando espacio, verás que te ayuda a cambiar tu estado mental.

Toma conciencia de lo que sientes, cuando veas que la ira te está atrapando piensa “estoy empezando a enfadarme”. Esta toma de conciencia ayuda mucho a calmarte. Si la situación lo permite, puedes decirlo en voz alta a la otra persona: “Me estoy empezando a sentir enfadado por lo que estás diciendo/por tu modo de actuar/ por tu modo de hablarme, etc”. La mayoría de las veces es todo lo que hace falta para que la otra persona cambie de actitud o pida disculpas.

Si te invade el sentimiento de impotencia por sentir que no puedes resolver la situación y sientes que se te va de las manos, el pensamiento que te traerá de vuelta es : “puedo pensar y encontrar una solución. Puedo hacerlo”. Eso te dará una dosis de autoconfianza que disparará pensamientos resolutivos, que te ayuden a salir del conflicto.

Lo que estás haciendo es adoptar una actitud de solución de problemas y análisis de tus opciones, el mejor modo de actuar, los recursos con los que cuentas, la situación, hasta salir del problema. De alguna manera, dejarás de lado tus sentimientos negativos para enfocarte racionalmente en el problema.

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