En los tiempos que vivimos son cada vez más las mujeres que eligen o encuentran como única alternativa, trabajar en sus casas. De esta forma, además de cumplir con su tarea laboral se siguen ocupando de sus hijos y el hogar.
El número de madres que trabajan desde su hogar o bien llevan adelante su propio emprendimiento, crece sin detenerse; es por eso que en diferentes países del mundo ya se han formado asociaciones de madres o mujeres emprendedoras. Incluso se llevan adelante eventos, cursos, capacitaciones, jornadas, destinadas a este público.
Lo cierto es que ninguna situación en completamente ideal, trabajar desde casa también tiene sus inconvenientes para las madres; sin embargo, en los tiempos que corren poder criar a los hijos es una gran ventaja
De todas formas, los inconvenientes que pueden tener las mujeres que se quedan a trabajar en sus hogares pueden ser resueltos de alguna manera.
¿Cuáles serían las ventajas de trabajar en casa?
Cuidado de los niños: se puede estar disponible para los hijos y trabajar en torno a sus actividades.
Traslado: se evitan los gastos de transporte y pasar horas en el tráfico.
Trabajo: se puede vestir como uno quiera cuando se trabaja desde casa, sin la mirada del jefe todo el tiempo. La menor presión suele resultar en un aumento de la productividad
Guardería: se evita el gasto en guarderías desde edades tempranas del bebé.
Alimentación: poder estar en la casa asegura que la madre pueda supervisar qué comen sus hijos y también puede cuidar su propia alimentación, no teniendo que hacerlo fuera de hora y en restaurantes de comida rápida.
Poder llevar a los niños a la escuela o acompañarlos antes de dormir: es una manera de disfrutar más de ellos, aunque sea por momentos.
Autoestima y economía: el hecho de poder contribuir con los ingresos del hogar aumenta considerablemente la autoestima en las mujeres a la vez que ayuda con la economía familiar.
Pero como señalamos antes nada es 100% ideal, trabajar desde casa también presenta algunos inconvenientes que debemos tener en cuenta para afrontarlos.
Desorganización: cumplir con las tareas y atender a los hijos al mismo tiempo puede ser un factor de estrés y de incumplimiento laboral.
Agobio: puede dar la sensación que se trabaja todo el tiempo, alternando las labores domésticas con las profesionales. Incluso extender el trabajo por las noches puede resultar agotador.
Aislamiento: no hay oportunidad de interactuar con compañeros u otros adultos.
Reclusión: el hecho de no tener que salir para ir a la oficina puede volverse una sensación frustrante.
Falta de límites: entre el domicilio y el lugar de trabajo, sobre todo si no hay un espacio especialmente delimitado para ello.
Distracciones: las tareas de la casa, los niños, la televisión pueden resultar distractores e interferir con el trabajo si no se toman medidas a tiempo.
Algunos consejos para hacer frente a estos inconvenientes y elegir esta forma de trabajar, son:
Organización: fijar un horario y ser flexible, sobre todo cuando los niños son pequeños para no sobreexigirse y estar preparadas para las interrupciones.
Ser realista: no comprometerse con mucho trabajo que después no se pueda cumplir o con tareas que exijan demasiado esfuerzo y dedicación respecto a nuestra situación.
Comunicar: a quienes nos contraten o eventuales colaboradores, cuál es la situación familiar que tenemos para que no haya malos entendidos ni falsas expectativas.
Ayuda: si es necesario pedir ayuda extra con los niños o las tareas del hogar.
Salir: tomar un tiempo de descanso y organizar una salida periódica.
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