Los aspectos evolutivos del hombre a lo largo de la historia – (Aportes)

No puedo evitar mirar mis manos y verlas tan semejantes a las de un simio, quizá sea esa la razón por la cual encuentro tan interesante nuestro prehistórico pasado, la forma en que un estilo de vida, cambia y se adapta a uno nuevo, como, de a poco las más primitivas formas de vida van asemejándose cada vez más a nuestra actual forma de vivir. La relación es aparente, está presente, no hay manera de negarlo, lo que hoy somos es el producto del incansable aprendizaje a través del tiempo, tanto el saber por imitación o transigencia, como aquel conocimiento instintivo reflejado en nuestros genes.

Vivir consiste en sobrevivir, al menos así era para nuestros ancestros, hoy la forma de vida ha cambiado tanto, que la supervivencia queda completamente enmascarada por los estereotipos de vida urbanizados, lejos de los árboles, praderas, duras rocas, intensos fríos y abrumadores calores, no éramos más que hijos de la naturaleza, no cabe duda que aún lo seguimos siendo.

Es entonces cuando uno se pregunta ¿De dónde venimos? ¿Cómo llegamos a ser lo que somos? Quizá nunca sepa esas respuestas a la perfección, de hecho hasta ahora nadie las sabe con extrema certeza, seguramente seguirá siendo una incógnita durante mucho tiempo, pero sí puedo, puede y podemos tener un esbozo, un esquelético esquema que ayude a reconstruir, nuestra inmensa línea de vida, y en tanto, dilucidar en menor o mayor medida esas legendarias preguntas propias de la humanidad.

Hasta ahora solo avanzamos un poco en la historia, aunque poco, también significa mucho para nosotros, 3 millones de años apenas son suficientes para registrar mínimos cambios evolutivos, solo 3 millones de años, imagínelo. Desde que aprendimos sobre Sahelanthropus tchadensis hasta Ardipithecus, esos 3 millones de años solo denotan una característica propia en el avance transicional más significativo que estamos buscando, ese avance es la capacidad de caminar erguido, una capacidad que reiteradas veces ya he mencionado y seguiré haciéndolo. Insistir en este factor no es un simple capricho, es lo que define la diferencia entre un simio y un ser humano. Según lo que hasta ahora hemos visto, no podemos decir que estos géneros fuesen completamente bípedos, es el comienzo de dicha habilidad, la transición de una postura a la otra ¿Pero cómo es posible que caminar en dos patas trajera tan semejante cambio? La cuestión no solo está en caminar en dos extremidades, la cuestión también está en dejar libres otras dos extremidades.

Estas dos extremidades libres, que se convertirían en manos, son el componente operacional que empuja el desarrollo de la inteligencia, consecuencia de un aumento (a lo largo de millones de años) del cerebro. La manipulación precisa de objetos con las manos, lleva a que podamos modificar a los mismos, modificar algo requiere pensar y pensar requiere de capacidad y actividad cerebral, nuestros antepasados no tomaban algo solo para llevárselo a la boca, también lo hacían para casi accidentalmente crear una herramienta.

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