La temperatura ideal del agua en la natación

Desde hace décadas que se han desarrollado las piscinas climatizadas, que permiten la práctica de la natación en cualquier época del año, es así que surgen dudas sobre la temperatura ideal del agua para lograr los máximos beneficios de este deporte tan completo, que abarca todos los grandes grupos musculares.

Lo cierto es que tendemos a preferir el agua cálida, más aún si se nada en invierno y afuera hace frío, pero la realidad es que lo ideal es nadar en aguas más frías. La natación es un ejercicio aeróbico, lo cual significa que incide en diferentes variables como la temperatura corporal, los niveles de hidratación y la tasa de sudoración, que se modifican de acuerdo a la intensidad del ejercicio, pero también de acuerdo a la temperatura ambiental.

Si el agua está a una temperatura demasiado baja, se produce una vasodilatación y los vasos sanguíneos se ensanchan, para que la sangre fluya y mantenga el calor. El paso siguiente es una vasocontricción, o sea que los vasos se cierran y así se evita que la sangre fría llegue a los órganos ylos dañe.

Si el agua está excesivamente fría, el cuerpo no es capaz de restringir el flujo sanguíneo por mucho tiempo, con lo que los vasos sanguíneos se volverán a reabrir, aumentando el riesgo de que fluya sangre fría por todo el cuerpo y se produzca una hipotermia.

Esto puede suceder si se nada demasiado tiempo a una temperatura inferior a los 15 grados, sin un equipamiento específico como los trajes de neoprene.

Si por otra parte se nada en aguas por encima de los 33 grados centígrados, puede producirse un sobrecalentamiento y un agotamiento, en especial si se nadan largas distancias o se lo hace durante bastante tiempo de forma seguida.

El agua caliente aumenta la temperatura corporal, lo que produce mayor sudoración y así se acelera la deshidratación, El sudor es un mecanismo de defensa del cuerpo para tratar de bajar la temperatura.

Es por ello que una sudoración excesiva puede producir un desequilibrio de electrolitos y afectar gravemente la movilidad muscular, pudiendo causar espasmos musculares y fatiga severa. Esto puede ocurrir en la natación en aguas abiertas, en climas muy cálidos, puede predisponerse a un golpe de calor. Incluso, el cuerpo tiene más dificultad para adaptarse a aguas demasiado cálidas que en aguas frías.

Ya sea en piscinas o en aguas abiertas, la temperatura debe ser la ideal para el funcionamiento del organismo en movimiento. Cuanto más intensa sea la práctica de la natación, más baja debe ser la temperatura del agua para compensar.

Por regla general, la temperatura ideal para natación a alta intensidad, sería de 27 grados centígrados, mientras que si realizamos natación a intensidad moderada o baja, podría rondar los 30 o 31 grados centígrados.

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