La importancia de la narración en la era digital (Parte 1)

Cuando se habla de estrategia para la innovación se suelen buscar referencias que van hacia “un mapa” que nos guía por una ruta específica (de entre las muchas posibles), donde contaremos con el talento para “bucar tesoros” escondidos.

De ésto se trata el arte del relato. Pero, ¿qué ha cambiado en la narración en la actualidad con el advenimiento de la era digital? Son preguntas que ya recorren el plano de lo literario y académico; y que cada día se encuentra más envuelto en el mundo de los creativos y de los educadores.

En esencia, este tipo de trabajo (al igual que con todo el esfuerzo creativo) debe ser una conversación cuyo curso sea tomado en cuanto a proceso de descubrimiento. Tenemos que buscar arriesgar, aprender, adaptarnos y seguir adelante.

Por ello es que se hace necesario generar espacios y construir sobre lo que hemos aprendido, ahora que estamos centrados en la narración y cómo podemos mejorar los modos en que se cuentan las historias más profundas o más amplias a las diferentes audiencias. En muchos sentidos intentando un camino de ideas enfocadas a los talentos dirigidos, un sector de la cultura en términos más generales que pueda hacer algo más “generar el impacto” y estar en el centro de la innovación.

 

Historia: sin plataforma

El sector tiene la obligación de crear y apoyar a proyectos coherentes, accesibles, donde el producto (ya sea una película o un trabajo digital) se nutran de manera integral. Tiene que experimentar en formas más pequeñas e innovadoras en proyectos multi-plataforma para impulsar realmente aquellos caminos “por recorrer”. Debe continuar explorando oportunidades para innovar en el campo de la distribución, que trabaja en nuevas alianzas y el desarrollo de relaciones más directamente en cuanto a la habilitación digital con su público. Estas son todas las cosas que muchos hacen, pero todas ellas deben realizarse pensando en el artista en el centro de la cuestión.

¿Por qué? Debido a que en esta rápidamente cambiante industria de contenido y paisaje, la historia y la narración fuertemente autor se convierte en más, no menos, importante. Para crear un trabajo eficaz en este espacio, es vital tener un enfoque correctamente unificado. De hecho, cosas extraordinarias aparecerán y el trabajo dirigido por una buena historia tiene quizás el mayor potencial para hacer cosas que abran hacia nuevos caminos vitales. Esto no es debido a algo nuevo o una tecnología despampanante; sino que es algo que el sector creativo siempre ha sabido: son seres impulsados por el fulgor de la historia.

En esta nota, podemos mencionar que investigaciones reciente en el plano psicológico revelan cómo la gente quiere habitar los “mundos de las historias” debido a cómo las historias funcionan en el cerebro. En realidad, siempre proyectamos muchas cosas de nosotros mismos en todo tipo de “mundos ficcionales” (ya sea en libros, películas y más allá) con el fin de entenderlos. Por lo tanto, se deduce que cuanto mayor es la capacidad de una audiencia para proyectarse en un mundo, mayor será su comprensión y apego a ella.

Para apoyar esta dirección, la tendencia es operar en un modelo interativo; empezando con los creativos y sus ideas. Entonces, desde allí, se podrá encargar (de forma innovadora) con los mejores creativos digitales. Los equipos entonces comienzan a trabajar en historias artesanales diseñadas para llegar a las audiencias desde el principio, desde los primeros pasos en el proceso de creación de la misma.

 

La medida del éxito

Para los profesionales dedicados al relato, la medida del éxito del rubro es tanto cualitativa como cuantitativa. En su forma más simple: si el proyecto de manera creativa y exitosa consigue realizar una conección adecuada con el público o no. Si los organizaciones pueden tardarse en darse cuenta de algo, es si un trabajo se trata de una historia que es innovadora y que este trabajo “innovador” no es suficiente por sí solo.

En su lugar, ellos deben tratar de hacer los mejores proyectos de una manera innovadora y garantizar que estos proyectos tengan impacto en el público, tomando riesgos y mostrando algún tipo de “valor” que repercuta en “la devolución”. La cuestión de este “valor que retorne” no significa necesariamente el beneficio puro, pero tiene que ser algo de valor que vuelva de nuevo al creativo y a los encargados de montar los medios para generar y distribuír la historia. Por ejemplo, pordemos hablar de “valor de retorno” si el material nos permite obtener una mejor comprensión de quién es nuestra audiencia, sus preferencias y el modo en que “lee” las historias.

Al hacer este bucle un aprendizaje, el creativo puede comenzar un camino de auto-aprendizaje y convertirse en un profesional más ágil, de modo que pueda construir sobre su propio trabajo y adaptar el enfoque de cada proyecto según lo necesite.

el “valor de retorno” en el relato
el “valor de retorno” en el relato

Como empresa, muchos han aprendido que hay un verdadero deseo de los cineastas y productores (en el caso del mundo del cine) a explorar este espacio, pero a veces se necesita tiempo y recursos considerables para apoyar a los equipos de trabajo en este nuevo camino. Sin embargo, una vez que se hace, los equipos pueden emprender y sostener su propia actividad de innovación, sembrando el camino que “la empresa” ha ayudado a nutrir, facilitando los medios, espacios y tiempos.

Es por ello que los proyectos deben ser atendidos de manera integral. Tanto en el cine y como en los medios digitales se debe avocar por una proyección integral, porque juntos dan grandes resultados; debido a que los cineastas saben que “el medio” tiene la capacidad de visión para desarrollar el proyecto y que “pone el corazón” en todo lo que hacen; la película y el digital son partes igualmente importantes del proyecto encargado. Tanto los cineastas como unos equipos más amplios aprenden mejor de un enfoque conjunto. Es algo que todas las organizaciones pueden aprender del mundo de las artes, pero estos proyectos se deben identificar lo más temprano posible en el proceso creativo o digital, ya que todos estamos limitados en nuestra capacidad de innovar.

Continúa en La importancia de la narración en la era digital (Parte 2)

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