Los aspectos evolutivos del hombre a lo largo de la historia (Australopithecus afarensis)

Los paleoantropólogos han estado y están en busca de la reconstrucción filogenética de los géneros y especies que conforman nuestro árbol genealógico, para suerte de ellos, muchos hallazgos se han realizado a lo largo de años y años de excavaciones, investigaciones y análisis rotundos, pero de todos los hallazgos arqueológicos que ha tenido la reconstrucción evolutiva del hombre.

Lucy es uno de los ejemplos más famosos que podemos mencionar de la reconstrucción evolutiva del hombre. No es solo eso, sino que, también, Lucy es el registro fósil más completo, mejor conservado y que más clara luz arroja sobre el cómo era la morfología, alimentación y forma de vida de un Australopithecus afarensis.

El hallazgo del conjunto de restos óseos fue realizado en el año 1974 por Donald Johanson, Tim White e Yves Coppens, en Hadar, Etiopía. Los mismos fueron clasificados en una datación de 3.2 millones de años, lo que la ubica dentro de la escala temporal biológica, en la que correspondería a la época del Plioceno. Pero las incógnitas más importantes luego de su descubrimiento estaban a punto de venir, es que con un fósil tan completo y a su vez tan antiguo, uno se pregunta: ¿Cómo era Lucy? ¿Qué aspecto tenía? ¿Qué comía? ¿Cómo se movía? En fin, ¿cómo vivía? Por suerte, los minuciosos análisis de los restos, pueden responder estas y muchas preguntas más, lo que nos lleva a visualizar con mucha precisión la morfología y hábito de vida de un antepasado que cobraba forma humana:

Tenían una estatura promedio de entre 1.00m y 1.50m, un peso entre 39kg y 45kg, eran delgados, pequeños y con un marcado dimorfismo sexual. Su principal diferencia morfológica entre sexos, estaba en su tamaño, mayor en los machos y menor en las hembras. Se estima que las diferencias están asociadas con la selección sexual, las hembras escogerían a los machos más grandes y fuertes para valerse de la protección y la capacidad de conseguir alimento, mientras que los machos se harían con las hembras más gráciles, ya que consumirían menor cantidad de este.

Lucy, uno de los ejemplos más famosos de la reconstrucción evolutiva del hombre.
Lucy, uno de los ejemplos más famosos de la reconstrucción evolutiva del hombre.

Su capacidad craneal supera apenas la capacidad de los chimpancés actuales, que en promedio era de entre 380cc y 540cc, su configuración dental está compuesta de caninos prominentes, considerablemente mayor que en humanos, incisivos extendidos y una arcada dental con forma de U/V.

Los huesos de sus hombros sugieren que hacía uso de la habilidad de trepar, pero su avanzada cadera, muy similar a la de humanos actuales, muestra un ejemplo conciso de bipedación constante, como un medio de traslado durante los momentos sobre el suelo. Los metacarpianos de las manos establecen una estructura que se queda a medias entre la de los gorilas y los humanos, esto propone que Australopithecus afarensis no podía manipular con precisión aquellos objetos que agarrara con sus manos, esto a su vez nos dice que la industria lítica no tendría sus comienzos en estos períodos.

Un aspecto importante sobre los resultados de los estudios de Australopithecus afarensis indican que primero se desarrolló la capacidad de locomoción bípeda para luego darse los posteriores desarrollos craneales, un dato que dice que primero se aprendió a caminar, luego se liberaron las manos y luego se comenzó a “pensar”.

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