“Nunca antes en mi vida experimenté la posibilidad de donar sangre. Por primera vez, una campaña del Banco de Sangre de la Provincia de Córdoba llegó a mi localidad, y fue ahí en donde se me presentó la oportunidad de sentir y vivenciar el hecho de entregar una pequeña parte de mi cuerpo a alguien que seguramente en su momento, la va a necesitar más que yo”.
Como muchas otras formas de concientización, la donación de sangre es algo que se viene impartiendo en la sociedad, pero que lamentablemente no alcanza el éxito esperado. De 6000 habitantes, solo 11 personas se presentaron a la colecta voluntaria de sangre, pero seguramente, si la colecta hubiera sido a cambio de dinero, esa mínima cifra hubiera aumentado. Esto significa que hay un fallo en la sociedad, falta esa chispa de arranque que incentive a la gente a ser solidaria, básicamente a ser buenas personas. Donar sangre salva vidas, incluso la donación de una sola persona, es capaz de salvar la vida de tres. Aunque nunca sepamos el destino de nuestra sangre, sabemos que siempre sigue un buen camino.
Para cubrir las necesidades de transfusión a nivel nacional, se requiere del 5% del total de la población, sin embargo se ha alcanzado solo el 1,5%. Esta diferencia hace pensar en la poca importancia que las personas tienen en cuanto a la donación de sangre, hablar de la causa sería un tema muy amplio y elaborado, sin embargo el ambiente que se respira hace pensar a uno mismo que el calificativo adecuado sería “desinterés”.
De mi parte, para alentar a aquellas personas que se sientan indecisas en cuanto a ser un voluntario, solo puedo decirles que existen ciertos aspectos positivos de donar sangre, entre ellos se encuentran los aspectos que tienen que ver con lo moral y con la conducta ética, como la satisfacción de haber dado parte de ti a una causa solidaria, hacer un acto de beneficencia, ayudar a los demás, saber que, lo que hiciste puede salvar la vida de alguien. Pero por otra parte también trae beneficios a la salud, como la liberación del exceso de hierro en la sangre (ya que la alta concentración de este puede provocar posibles cardiopatías), también reducir las posibilidades de contraer cáncer y la contingencia de someterse a un examen previo al procedimiento de extracción que aporta datos sobre nuestra presión arterial, cognición de nuestras conductas sexuales e incluso si lo desea, recibir información detallada sobre el estado y condición de su sangre.
Aunque no lo creas “Dar sangre, es donar vida”, empieza a contagiarte de solidaridad, y vas a ver que hacerlo te traerá mucha satisfacción.
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