Los aspectos evolutivos del hombre a lo largo de la historia – (Australopithecus afarensis)

Como sus huesos lo indican, afarensis hacía uso de una forma de locomoción bípeda, pero a su vez conservando las habilidades de trepa a los árboles, cada vez se hacía más necesario dominar la caminata que trepar a una rama. La sequía que afectaba al Este de África, dejaba zonas arboladas separadas de grandes espacios, esto obliga a los afarensis a tener que desplazarse por el suelo para poder llegar a una nueva zona en busca de alimento. Desplazarse sobre el suelo ofrecería un mundo de posibilidades, muchas de ellas positivas, aunque otras tantas negativas. La curiosidad combinada con el instinto de supervivencia, empujarían a la astucia de explorar en busca de una nueva forma de vida, pero el suelo traería consigo nuevos peligros, los depredadores y los desconocidos riesgos de la naturaleza.

Las diminutas crestas sagitales en la parte superior de sus cráneos, indican que tenían relación con alimentos blandos, como frutas o hierbas, pero la falta de estos a causa del cambio climático, los alimentos duros y abrasivos de a poco se convertían en alimentos de su nueva dieta. La configuración que tomaba África oriental brindaba múltiples hábitat, esto permitió una dieta variada y oportunista que consistía en: vegetales, huevos, pequeños reptiles, termitas, insectos, juncos y pastos.

Es probable que durmieran en nidos sobre los árboles o en cuevas vagamente profundas, que manipularan para su supervivencia objetos como palos o piedras sin manufacturación y que desconocieran el uso del fuego. Pequeños grupos de clanes diseminados, ocupan los pocos árboles que van quedando y a su vez el poco alimento que de ellos obtienen, es probable que cada uno de los clanes estuviera a cargo de un líder quien tendría a su merced las hembras con las cuales se aparearía. Aparearse era de seguro una actividad fundamental ya que la estadía no era favorable, la falta de alimento y la amenaza de depredadores en espacios abiertos serían las principales causas que provocarían una potencial extinción de la especie, pero mientras fueran lo suficientemente numerosos como para reproducirse, afarensis se mantendría a flote.

El inmenso instinto de supervivencia y la necesidad de conseguir alimento, empujaría a estos Australopithecus a trabajar en equipo para conseguir carroñas o intimidar a quienes les asechan. Son pequeñas señales de trabajo en colectividad, de unidad, son los primeros síntomas de una comunidad y de trabajo en equipo, pero la especie aún era débil y en muchos casos, para sobrevivir, dependían de la suerte.

Referencias: «La odisea de la especie.» por el director Malaterre, J. (2003).

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