La saga cinematográfica Indiana Jones nos ha mostrado cómo es el trabajo de un verdadero arqueólogo, que además de explorar ruinas y tumbas de civilizaciones antiguas, nos cautiva con sus espectaculares historias llenas de peligros y profundos secretos históricos que mezclan la realidad con la ficción.
Pero, muy lejos, y sobre todo muy distinto a un guion hollywoodense, el verdadero arqueólogo emprende en sus expediciones arqueológicas un laborioso trabajo en equipo que está compuesto de distintos procesos secuenciales llevados a cabo para encontrar respuestas a lo que están buscando.
Los auténticos arqueólogos no solo buscan huesos, tampoco viven aventuras y desventuras con látigo en mano, es por eso que vamos a ver realmente qué estudia y en qué se basa el trabajo de un arqueólogo, y para comprenderlo es necesario saber cuál es el objeto de estudio de la arqueología y cómo se lleva a cabo una investigación arqueológica.
La arqueología es la ciencia que estudia a las sociedades y civilizaciones antiguas en sus diversas formas de vida. Se encarga de analizar cómo vivían nuestros antepasados, cómo era su organización social, cómo estaba compuesta su jerarquía, su sistema económico, alimentación, su desarrollo tecnológico, político, religioso y cultural.
Para estudiar cómo era la vida de las sociedades pretéritas, los arqueólogos se valen de los restos materiales que aún siguen presentes en la actualidad, estos restos materiales van desde construcciones arquitectónicas, templos religiosos, ciudades enteras, hasta restos óseos, utensilios, herramientas, monedas y semillas; la mayoría de estos elementos materiales llevan miles de años bajo tierra, lo que se encuentran varias capas de sedimento por debajo nuestro, por eso siempre se ve a los arqueólogos realizando excavaciones, porque su propósito es desenterrar los elementos del pasado, para obtener información de formas de vida antiguas (siempre referidas al hombre).
Si durante una excavación, un arqueólogo podrá encontrase herramientas, podría deducir a partir de ellas, qué tipo de labores empleaban y qué nivel tecnológico dominaban; por otro lado, si encontraran monedas o semillas y restos de comida, el arqueólogo podría conjeturar sobre su sistema económico y de qué estaba compuesta su dieta, es como si los elementos que encontrase hablaran por si mismos en forma de evidencias.
Algunos elementos representativos de sociedades no tan antiguas, yacen a flote y permiten una investigación directa sobre estos, pero para investigar a la mayoría de sociedades primitivas, es necesario realizar excavaciones. La excavación es un proceso que lleva diferentes pasos y en el que trabajan muchas personas. Comienza con la delimitación del terreno y con la recolección de objetos superficiales, aunque el principal proceso es el descubrimiento de los diferentes sedimentos, estos sedimentos, que son capas de tierra que se encuentran debajo de la superficie, determinan diferentes periodos y designan el espacio contextual en el tiempo.
En un determinado momento se decía que los arqueólogos se limitaban a estudiar restos materiales prehistóricos y protohistóricos, pero en realidad los arqueólogos estudian más que solo hallazgos materiales, determinan cómo las formas de vida fueron cambiando a lo largo del tiempo, cómo, por ejemplo, muchas técnicas laborales se fueron perfeccionando o desechando y hasta cómo las creencias y las culturas moldeaban o afectaban a los pueblos. Gracias al estudio de los arqueólogos se puede reconstruir la vida de sociedades pasadas y comprender así cómo evolucionaron los grupos sociales, comunidades, civilizaciones e imperios.
Como dato adicional, es importante decir que desde la arqueología misma, se desprenden diversas ramas de sub-disciplinas que diversifican el estudio que tiene un arqueólogo, algunas de estas ramas estudian y abarcan aspectos particulares que van más allá del estudio de elementos materiales antiguos, se trata, por ejemplo, del análisis del pensamiento y de la representación simbólica de sus manifestaciones que hacen a su cultura. Esta sub-disciplina surge a partir del estudio de sociedades prehistóricas carentes de registros de escritura.
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