Esquizofrenia en la infancia y adolescencia

La adolescencia está llena de desafíos. Una persona joven puede no estar dispuesta a hablar de sus sentimientos o compartir mucho sobre lo que está pasando en su vida. Esto es normal, ya que todos los adolescentes deben separarse de sus padres y establecerse como adultos jóvenes. Durante este tiempo, puede ser difícil ver las señales de advertencia de una condición de salud mental como la depresión o incluso los primeros síntomas de una psicosis en desarrollo que devenga en esquizofrenia.

Sin embargo, cuando una persona joven comienza a escuchar voces que no existen o que cree firmemente en cosas extrañas, debe buscar ayuda. Una evaluación profesional y un tratamiento temprano durante el primer episodio de psicosis de una persona puede mejorar potencialmente lo bien que responda al tratamiento y tendrá un efecto positivo en su recuperación a largo plazo.

 

¿Qué es la esquizofrenia?

La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que tiene un impacto en todos los ámbitos de la vida de una persona joven. Es una condición compleja que afecta a diferentes personas de diferentes maneras.

 

Síntomas

Algunos de los tipos más comunes de los síntomas de las personas con experiencia de la esquizofrenia incluyen:

 

  • Alucinaciones. Consisten en la percepción errónea de las cosas, que realmente no existen. Escuchar sonidos o voces, las alucinaciones auditivas, son las más comunes. Las voces son a menudo una amenaza o crítica. Los niños pequeños pueden creer que los juguetes o mascotas le están hablando. Los adolescentes pueden creer que la gente está hablando acerca de ellos o llamarlos por nombres abusivos. Otros tipos de alucinaciones incluyen ver u oler cosas que no se encuentran allí. Las alucinaciones pueden estar asociadas con otras condiciones médicas.
  • Delirios. Implican una creencia fija en algo que no es cierto a pesar de la evidencia que demuestra lo contrario. Un niño puede expresar ideas que no tienen sentido o tener creencias que provienen de un miedo subyacente. Una persona joven puede creer que los extraños saben lo que está pensando. Tratar de discutir o convencer a la persona que está equivocada o en lo erróneo a menudo causa rechazo, conflictos o la elución.
  • Cambios en el comportamiento. Una persona joven puede tener dificultades para hacer actividades diarias como bañarse, ir a la escuela o comunicarse. Una persona joven puede perder la motivación y encerrarse en sí mismo. Los problemas cognitivos suelen aparecer temprano y provocarán un descenso en el rendimiento escolar. Esto, junto con abstinencia y aislamiento son a menudo los primeros indicios de ésta psicosis.
  • La psicosis es un síntoma grave y no un diagnóstico por sí mismo. Cuando una persona está experimentando psicosis no puede distinguir entre qué es real y que no lo es. Ellos pueden o no saber que su experiencia de la realidad no es compartida por otros.

 

¿Qué tan común es la esquizofrenia en niños y adolescentes?

Afortunadamente, la esquizofrenia es poco frecuente en niños. Según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de los EEUU sólo 1 de cada 40 mil niños experimentan síntomas antes de la edad de 13 años. Debido a que el inicio en la infancia es tan inusual se necesita una evaluación completa para descartar otras causas de psicosis infantil antes de considerar un diagnóstico de esquizofrenia en la infancia.

La esquizofrenia es mucho más común entre los adolescentes y los 20 y tantos años. Las mujeres suelen desarrollar la enfermedad algunos años más tarde que los hombres. Sin embargo, los síntomas se observan con frecuencia durante los años de la adolescencia para ambos. La esquizofrenia tiene un impacto sobre el 1% de la población en todo el mundo.

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¿Quién está en riesgo y cuáles son las señales de advertencia?

La causa exacta de la esquizofrenia no se conoce, pero parece que hay factores genéticos y ambientales que contribuyen a su desarrollo. Existen varios factores que parecen aumentar el riesgo de que una persona joven la desarrolle.

Entre ellos podemos mencionar, antecedentes familiares; exposición a virus, toxinas o desnutrición prenatal; respuestas inusuales del sistema inmune; tener un padre mayor o lesiones graves en la cabeza.

Las señales que debe buscar, aunque difíciles de identificar, incluyen irritabilidad y depresión; dificultad para concentrarse o pensar claramente; falta de energía o motivación; cambios en el sueño, la alimentación o los hábitos de higiene personal; dificultad para mantenerse al día en la escuela; pasar mucho más tiempo a solas de lo habitual; recelo o sentimientos negativos hacia la gente que habla de ellos; pensamiento confuso, extraño o raro y que parece distraído internamente.

En los niños, los síntomas de la esquizofrenia pueden acumularse gradualmente y pueden no ser específicos. En los adolescentes, que pueden no ser conscientes de que muchos de los signos o pensar que sólo están pasando por una fase. Conforme pasa el tiempo, los signos de alerta temprana de la esquizofrenia pueden convertirse en síntomas cada vez más graves y notorios.

 

¿Cómo se diagnostica la esquizofrenia?

El diagnóstico de la esquizofrenia en una persona joven puede ser un proceso largo y difícil. Muchas otras condiciones como el trastorno bipolar o trastornos generalizados del desarrollo pueden tener síntomas similares así que conseguir una buena evaluación es esencial. El consumo de sustancias también puede hacer que la determinación del diagnóstico correcto se dificulte.

Para comenzar el proceso, el médico o psiquiatra de su hijo le preguntará acerca de su historia médica y psiquiátrica -también puede realizar un examen psicológico-. Seguido de un examen físico y pruebas médicas, necesarias para descartar otras causas posibles de los síntomas.

La evaluación incluye una observación de la apariencia y el comportamiento, hablando de pensamientos y sentimientos, preguntando acerca de posibles pensamientos de infligir daño a sí mismo o a otros, evaluando la capacidad de pensamiento, conductas apropiadas a la edad, bienestar emocional y posibles síntomas psicóticos.

 

¿Qué tipo de tratamiento funciona?

Un plan de tratamiento es útil para trazar los diferentes tipos de tratamiento y lograr el mejor resultado. Puede ser dirigido por el psiquiatra de su hijo/a. El joven debe participar activamente en el plan, pero esto puede ser difícil en algunas etapas. La meta será tener al joven gestionando el plan de tratamiento.

Los padres son miembros esenciales del equipo. Su participación es fundamental y en ella participarán proporcionando entrada, participación en las decisiones de tratamiento y la ejecución del plan. Frecuente comunicación bidireccional y retroalimentación de los padres y profesionales que permitan ajustes al plan y mantengan todo en el camino correcto.

  • Medicación. Los medicamentos psiquiátricos, incluyendo la medicación antipsicótica, es importante en el tratamiento de la esquizofrenia en adolescentes. Los antipsicóticos suelen ser eficaces en el manejo de los síntomas graves como delirios y alucinaciones; en casos combinando diferentes medicamentos en dosis variables, que a menudo son necesarios para maximizar las mejoras y controlar los efectos secundarios.
  • Los tratamientos psicosociales. Los tratamientos psicosociales incluyen terapias individuales y familiares, la psicoeducación, la autoayuda y grupos de apoyo. La terapia cognitivo conductual es una forma exitosa de la terapia individual. Puede ayudar a su hijo a aprender maneras de lidiar con el estrés y los retos de la vida y cómo manejar los síntomas.
  • La terapia familiar por que la familia y la vida en el hogar se ven afectados de manera significativa y una terapia familiar puede ser muy útil para mejorar la comunicación, resolver conflictos y aprender a lidiar con el estrés asociado con la enfermedad de su hijo/a.
  • Mantenerse saludable, es esencial para una persona joven que vive con esquizofrenia. Mantenerse activo y comer bien, ya que muchos de los medicamentos utilizados aumentan el peso a causa del tratamiento y el colesterol alto. Un médico o nutricionista puede ayudarle a desarrollar un plan de hábitos de vida saludables. Mantenerse activo es la clave para mejorar la salud para toda la vida. Fumar también es un riesgo para la salud y es común en las personas que viven con esquizofrenia.

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