Errores frecuentes a la hora de utilizar el cajero automático

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La utilización de los cajeros automáticos es una de las actividades que ha revolucionado nuestra forma de relacionarnos con el dinero, ya que nos permite disponer de efectivo en todo momento y lugar, y nos ahorra muchísimo tiempo en trámites, al permitirnos hacer transferencias y conocer la información de saldo, entre otras cosas.

Pero los cajeros automáticos también suelen ser un punto débil donde podemos ser víctimas de robo, dado que aprovechan que accedemos a nuestra cuenta y a nuestro dinero para quitárnoslo. Es por eso que se hace necesario incorporar algunos hábitos que hacen a la seguridad, para evitar que alguien se lleve nuestro dinero.
El error más frecuente al llegar a un cajero automático es no prestar atención a la presencia de objetos extraños en las ranuras donde se inserta la tarjeta y en la que desembolsa los billetes. Suelen ser trucos habituales de los ladrones para quedarse con las tarjetas, o directamente con el dinero.

Desconfía de la amabilidad de extraños en un cajero automático. A veces, algunas personas pueden tener dificultades en el manejo del cajero, pero nunca hay que aceptar ayuda de un “casual” transeúnte. En ocasiones, se trata de personas esperando aprovechar la situación para robar el dinero, la tarjeta o la clave.

Otro craso error en estos casos, es anotar la clave en la misma tarjeta, lo que puede conducir a que si alguien la roba o la encuentra, nos vacíe la cuenta. Algunas personas siguen manteniendo esta riesgosa práctica. Lo mejor es establecer una clave que sabemos que no podemos olvidar, pero que será difícil de descifrar para un extraño.
Muchas personas desechan el recibo emitido por el cajero no bien terminan la transacción.

Esto es una equivocación, ya que se trata de un comprobante que permite realizar cualquier tipo de reclamación de forma mucho más rápida, que además permite a quien retira tener un control de sus movimientos financieros por ese medio.

Es también poco recomendable retirar sumas importantes de dinero del cajero sin un acompañante. Si se piensa retirar una cifra alta, es mejor que alguien nos acompañe para vigilar mejor el entorno, ya que los cajeros se encuentran en plena vía pública, donde estamos expuestos. En relación a este punto, conviene fijar con el banco con el que operamos un monto extraíble máximo que haga que en caso de extravío o robo de la tarjeta, el ladrón no pueda quitarnos más que una suma de dinero moderada.

Es erróneo mantener la misma clave durante un periodo de tiempo extenso. Muchas personas siempre retiran en el mismo cajero y no cambian periódicamente su clave. Un delincuente observador podría aprovechar la situación para robar. Lo recomendable es modificar la clave cada 90 días.

A la hora de ir al cajero, hay que estar atentos. No se debe estar hablando por teléfono o distraído pensando en otra cosa. Observar el entorno, las personas que están en esa cuadra, en la vereda de enfrente, en la cola para utilizar el cajero.

Cerrar bien la puerta al ingresar, cubrir con el cuerpo el teclado al digitar la clave, revisar las ranuras, retirar el dinero, contarlo, comprobar que toda la operación se realiza con normalidad, y guardar bien el dinero antes de dejar el cajero, para no salir con él en la mano. Los delincuentes suelen hacer de las distracciones y el descuido su fuerte. Hay que aprender a prestar atención a estos detalles para operar en el cajero con seguridad.

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