Errores frecuentes en las discusiones de pareja

No todo es color de rosa en la vida de pareja: es inevitable que existen desacuerdos y desencuentros, y como todos somos seres humanos, no es de extrañarse que haya discusiones de pareja de tanto en tanto. Pero algunas actitudes habituales en estos casos, pueden llevar a que la cosa se agrave en lugar de descomprimirse. Identificar los errores frecuentes en las discusiones de pareja, ayuda a que los evitemos.

Lo que no hay que hacer es una escena de novela. Llorar, gritar y tirarse objetos funciona en las telenovelas, no en la vida real. Menos que menos, si hay público presente. Lo ideal es trabajar el autocontrol hasta lograr que la ira baje, y en todo caso, realizar el planteo desde un lugar más adulto y centrado.

Los mensajes de textos llenos de reclamos son otro error habitual tras un enojo con la pareja, en general se suele ir mucho más allá del motivo real del enojo. Una vez más, la óptica de la ira no es buen parámetro, mejor relajarse y esperar un poco, seguramente las cosas se relativizan y nada parece tan terrible.

Menos aún, descargar el enojo en redes sociales y de paso, que se entere todo el mundo. No es una forma madura de tratar las cosas. Además, aún si el enojo tenía motivos fundados, esto sólo dará argumentos a la otra parte, que se defenderá a partir de la inclinación de hacer pública la discusión.

Muchas parejas, tras la discusión, se obsesionan con las herramientas que da el WhatsApp, que permite saber cuándo fue la última vez que la persona registró su teléfono. Así, se tejen todas clases de conjeturas, generalmente equivocadas, de lo que está haciendo la otra persona. Volverse un perseguidor es lo menos recomendable en estos casos.

En la misma línea, muchas personas esperan que su pareja se distraiga para revisarle el teléfono, una idea recurrente cuando se está enojado. Nunca es buena idea violar la privacidad del otro buscando algo que no tenemos motivos para encontrar. Y si la otra persona se da cuenta, sólo se agravará la distancia entre ambos, pues tendrá razones para enojarse.

Algo que hacen especialmente las mujeres es contarles todo a “las chicas”. Es habitual que las mujeres discutan sobre sus discordias de pareja con su grupo de amigas. Pero es una pésima idea relatar con enojo lo sucedido, porque de forma grupal, es probable que entre todas terminen por cargar a la situación con mayor negatividad. Mejor es esperar que el enojo calme, y en todo caso, conversar con una única amiga de confianza, que pueda escuchar con objetividad y brindar un consejo sincero pero meditado.

En general, dejar pasar un poco de tiempo para tomar distancia de la situación, es lo ideal. Eso nos dará perspectiva, para abandonar las peleas sin motivo de fondo, y para encarar directo al grano los temas que realmente merecen que se les preste atención.

En cualquier caso, luego de una discusión, lo más saludable es encarar cualquier actividad que ayude a distenderse: salir a caminar, leer un libro, ver una película, hacer ejercicios, conversar con un amigo de otros temas.

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