Enseñándoles a narrar cuentos a los chicos

Como bien  se ha visto en la primera parte de cómo enseñar a los chicos a narrar, se ha de continuar con este tema que es de vital importancia en dentro de las actividades que los niños deben llevar a cabo. Ya llegó el verano, las vacaciones y se dispone de más tiempo libre en casa y también en algún espacio público como una plaza, o bien si se parte de vacaciones aprovechar un rato a la hora de la tarde para que narren un lindo y corto cuento.

Los padres deberán comprar algunos libros de cuentos pero también de historias que contengan  diálogos con no muchos personajes para que los chicos, dependiendo de la edad que tengan, puedan ir cambiando las voces y comenzar a complicarles un poco más la lectura como así también mejorar la memoria. Siempre elegir textos cortos y que no tengan un contexto compilado para recordar.

Entonces manos a la obra. En un lugar tranquilo, madre o padre, o ambos con su hijo se sientan tranquilos, abren el cuento, lo leen lentamente tratando de que se pronuncie todo de manera exacta y dando el tono de voz que los personajes merecen.

Cuando se acaba de leer, preguntar al niño si hay palabras que no ha comprendido y hacerle preguntas acerca de la historia. Luego, pedirles que cuenten ellos mismos lo que se les ha leído. Mientas lo hacen se pueden ayudar de gestos, mímica, imágenes o dibujos.

Durante el transcurso  de la narración, no se debe interrumpir al niño para que no se sienta cohibido ni tampoco se retraiga pensando que lo está haciendo mal. Animarlo a que se exprese con total libertad, en voz bien alta, cambiar el tono de voz si hay más de un personaje, dar un  toque triste o alegre si esto corresponde a la historia y dejarlo que legue al final pidiéndole en ese momento que explique cómo es que la historia así termina para saber si ha comprendido toda la misma.

A continuación, y para activar la parte cognitiva, se le harán preguntas acerca de los personajes, las situaciones, el   sitio en donde se desarrolla la historia, los días que dura, y finalmente si les agradó y los motivos por los cuales da su propia explicación. Es así que se podrán dar cuenta los padres si el razonamiento del niño es coherente y tiene lógica.

Si mientras cuenta la historia se equivoca, hacérselo saber sólo cuando termine, y explicarle los motivos de los errores sin subestimarlo. También para aumentar la creatividad e imaginación, se le puede pedir que imagine otro final completamente distinto para la misma historia. Es una actividad que estimula mucho.

Un factor muy importante que se debe observar, es que el niño no narre de memoria sino con sus propias palabras y también que aporte su punto de vista personal. Esto hace que se amplifique su vocabulario y que narre de manera natural y con mayor fluidez. Lo ideal es que el cuento quede incorporado al niño y que de esta mera al no memorizarlo, lo pueda contar cuantas veces así lo desee.

A medida que esta actividad vaya en aumento y sin cansar al niño, se la debe practicar semanalmente para que el chico no pierda el entusiasmo, sino que por el contrario le agrade hacerlo cada vez mejor aun. En todas las librerías existen muchos juegos didácticos ya sea  por separado o junto con el libro para de esta forma amenizar la narración. También se los debe acostumbrar a visitar bibliotecas gratuitas y que allí encuentren un espacio en donde  puedan compartir con profesores y otros niños, cuentos y más historias  y se vean en un entorno de la misma edad, un factor que les ha de motivar mucho.

Un secreto: tratar de evitar la lectura a través de la pantalla de una computadora, pues no hay nada más bello que un niño comience a saborear lo que es realmente un libro tendiéndolo en sus manos.

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