El efecto de la internet en los niños

El efecto de la internet en los niños

El efecto de la internet en los niños

Niños en internet. Informática en la infancia. El efecto de la internet en los niños.

 

Desde hace ya décadas, en nuestro medio, la crianza y educación sufrieron modificaciones profundas. Antes la televisión capturaba la atención de los pequeños, los padres podían estar atentos al tiempo que pasaban frente al atractivo aparato. Luego las cosas cambiaron radicalmente, la televisión fue  sustituida en gran medida por las “plays”, los celulares y el ordenador, trayendo el acceso al mundo de las redes sociales, páginas de todo tipo, música, videos, información y contactos de toda índole. En esta vorágine de estímulos electrónicos, los niños fueron catapultados hacia un mundo diferente, al que pudieron adaptarse, tal vez, demasiado pronto.

Hoy en promedio, los niños pasan una cuarta parte del día frente a una o varias pantallas. Son tan versátiles y flexibles, que desde temprana edad, pueden jugar en red, bajar música, ver videos, charlar con amigos e incluso buscar información para las tareas escolares, todo al mismo tiempo. Se substituyó el uso convencional de la palabra escrita por nuevos códigos donde la gramática y la ortografía parecen cosa del pasado.

La interrelación afectiva con padres, hermanos y amigos del barrio, fue arrasada por la virtualidad. La educación escolar todavía se halla profundamente desfasada en referencia al uso habitual y masivo de la tecnología, por lo que participa débilmente. Apenas se perfilan cambios, lentos, muy lentos, que no alcanzan al vertiginoso desarrollo del mundo virtual que crece fuera de las aulas.

Los  niños y jóvenes enfrentan la interacción con la red global,  prácticamente desnudos, de información, de formación y de herramientas de prevención y protección. Parece ser una cuestión de suerte, si están a salvo o no de los posibles peligros. Para los adultos a cargo es difícil ser guardianes en este escenario, incluso muchos somos también seducidos por este nuevo mundo, por razones sociales o laborales. Hoy  suele verse a la familia en silencio, cada quien con un dispositivo, juntos pero aislados.

Algunas reglas que pueden ayudar a equilibrar y reducir los efectos del uso de pantallas, se aplican también a los adultos:

* Si se pasan muchas horas frente al monitor es una buena opción generar actividades físicas cortas, de descarga de energía y activación circulatoria, en forma diaria, esto evitará el efecto del estrés. Andar en bicicleta un rato, por ejemplo.

* Retirar de la mesa todos los dispositivos a la hora de comer, establecer la norma de apagarlos.

* Dar el ejemplo como adultos, evitando una permanente dependencia con los celulares y ordenadores. Nunca priorizar una llamada o un mensaje durante un diálogo familiar.

* Crear actividades que no impliquen el uso de pantallas por lo menos dos veces en la semana.

* Evitar la presencia de ordenadores  y juegos electrónicos en las habitaciones, esto permite identificar este espacio, como lugar de descanso. Por otra parte, esta regla evita el contacto con la radiación que emiten los dispositivos durante el sueño.

* Colocar cerca de los ordenadores lámparas de sal, las cuales neutralizan emisiones electromagnéticas perjudiciales. Los cactus son considerados buenos absorbentes de esas ondas.

* Prestar atención a cambios de humor, nerviosismo, impaciencia. Pueden ser síntomas de estrés por excesivo uso de los dispositivos.

* Educar sobre posturas corporales correctas, altura de la pantalla a nivel de los ojos, apoyo de los pies elevado del nivel del piso, etc.

En resumen, los paseos, el cine, las charlas, son  hábitos que todos debemos reinstalar” constantemente a medida que se pierdan. Devolvamos a las veredas las risas de los niños, los juegos de pelota en las calles del barrio, el sol quemando, las rodillas magulladas. Nada sustituye un cuento que acompaña el dormir.

 

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