Actividades para mejorar tu memoria día a día

A medida que pasa el tiempo, la capacidad cognitiva de nuestra mente comienza a deteriorarse. Esto es parte del proceso inevitable y natural de envejecimiento que inpacta en todos los aspectos de la vida humana. Si bien no podemos evitar sus efectos, podemos darles freno e incluso, en algunos casos, revertirlos. La pérdida de memoria es una cuestión alarmante para la mayoría de nosotros, pero la buena noticia es que hay algunas medidas preventivas que podemos tomar para reducir la velocidad de nuestro deterioro cognitivo. Aquí hay algunas sencillas actividades que mejorarán su memoria a largo plazo.

 

Aprende un nuevo idioma

Aprender un nuevo idioma puede beneficiarte en muchos niveles. No sólo se añadirá a su conjunto de habilidades personales, pero también es un ejercicio cerebral excepcional que puede prevenir, retrasar o incluso revertir la pérdida de memoria. Las actividades de aprendizaje del lenguaje le ayudará a recordar, reconocer y comprender palabras, que llevará a su función cognitiva a un nuevo nivel. El aprendizaje de idiomas es un gran arma contra la pérdida de memoria que mejora el vocabulario y la gramática, así como los elementos relacionados con la fluidez mental y verbal.

aprende nuevo idioma
Aprende un nuevo idioma

 

Palabras cruzadas y otros juegos

Otro ejercicio cerebral que enriquecerá su conocimiento general y ayudará a prevenir la pérdida de la memoria son los clásicos juegos de palabras, crucigramas y otros juegos de la familia. Puede ser Sudoku o un juego de Scrabble, estimulando su mente con nuevas palabras y haciendo asociaciones con objetos o acciones. Ahora se sabe que el jugar juegos de palabras y hacer crucigramas de manera diaria puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar la enfermedad del Alzheimer más adelante en la vida.

Haz palabras cruzadas
Haz palabras cruzadas

 

 

Escuchar música

La terapia musical (comúnmente denominada “musicoterapia”) proporciona un gran ejercicio mental, ya que no sólo mejora la concentración, sino que también apoya el funcionamiento cognitivo saludable a largo plazo. Si bien se afirma que escuchar música clásica puede ayudar a los bebés y niños pequeños a incrementar su capacidad intelectual y mejorar las habilidades de fluidez verbal, la música es también un gran «tratamiento» para la pérdida de memoria. Basta con escuchar su música favorita de manera diaria y tratar de recordar la melodía o la letra (y por qué no cantar o tararear también).

 

Hablar a uno mismo

Los estudios han revelado que las personas que hablan a sí mismos en realidad tienen un menor riesgo de desarrollar demencia más adelante en la vida. En otras palabras, hablarse a uno mismo estando a solas e incluso “auto-contarse” historias es una excelente manera de retrasar la pérdida de memoria y de mantener la concentración en los detalles importantes. Por otra parte, esto también es un gran «ejercicio emocional”. El relato de historias se ha utilizado en el tratamiento del Alzheimer desde hace mucho tiempo, y ha resultado útil para mejorar la memoria, ayudando a retener más información.

 

Lea libros diferentes y trate de recordar tramas

¿A quién no le gusta leer un buen libro de vez en cuando? Dicen que un hombre que no lee sólo vive una vida, pero el que lee puede vivir mil vidas. Es por ello que constituye un ejercicio excelente para prevenir la pérdida de memoria: leer tanto como pueda y tan seguido como sea posible. De novelas a ensayos, artículos periodísticos o de revistas, debe leer todo lo que llame su atención. Puede leer en su sillón favorito, de camino al hogar en el transporte público o en la sala de espera del médico.

Leer un libro
Leer un libro

 

Pruebe Ejercicios para la Mente

Existen numerosos juegos y ejercicios que están diseñados específicamente para incentivar la actividad en su cerebro. Además, la coordinación mano-ojo es particularmente importante buena para estimular su mente y prevenir la pérdida de memoria.

Juegos para la mente
Juegos para la mente

 

Utilice dispositivos mnemónicos

Por último, pero no menos importante, los recursos o dispositivos mnemotécnicos. Son una «herramienta» que le ayuda a recordar las cosas de manera más sencilla. Se basan en la asociación de ideas, por lo que cualquier signo o símbolo puede ser asociado libremente a un significado por usted mismo, por elección. Por ejemplo, dibuja un triángulo al margen de las páginas de un libro que relata la historia de los primeros 500 años del cristianismo en las páginas donde se habla del imperio romano. Como el triángulo le recuerda, a usted personalmente, a las pirámides y, por ende, al imperio egipcio; genera la asociación con “imperio”.

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