Educación especial: técnicas para niños con dificultades

Robert Plutchik fue un médico y psicólogo, profesor emérito de la Universidad Albert Einstein de Medicina y profesor adjunto en la Universidad del Sur de la Florida. Sus investigaciones se centraron en el estudio de las emociones, el estudio del suicidio y la violencia, y el estudio del proceso psicoterapéutico.

Sus primeros estudios centrados en animales determinaron que éstos para sobrevivir en su entorno han desarrollado diferentes conductas, cada una de ella producida por una emoción. Estas emociones básicas son ocho y facilitan la adaptación del individuo a los cambios que se producen en el medio ambiente.

A partir de estos primeros estudios, desarrolló la teoría psicoevolucionista de las emociones, según la cual éstas se dan en todos los niveles evolutivos, tanto en los animales como en los seres humanos. Según su teoría las emociones también han evolucionado y desarrollado distintas formas de expresión según las especies y juegan un papel determinante en el proceso de adaptación de los organismos a su entorno.

Plutchik describió ocho emociones básicas o primarias, asociadas con propósitos específicos encaminados a la supervivencia de las especies. Las representó en la Rueda de las Emociones, en la que cada emoción principal tiene su opuesta siendo imposible sentir una y su opuesta al mismo tiempo. Esta Rueda de las Emociones se usa para ilustrarlas y mostrar cómo se relacionan entre sí.

 

Características de las ocho emociones primarias:

Alegría: sentimiento afectivo, de breve duración, que provoca sensación agradable. Se manifiesta por optimismo, triunfo y aumento de la energía. Su función adaptativa es la reproducción y la repetición. Permite mantener un humor estable y a recuperar lo perdido. La emoción opuesta es la tristeza. Hay diferentes grados de intensidad: serenidad, alegría, éxtasis. Se representa a través del color amarillo.

Confianza: es aprender a vivir con nuestros errores y con los de los demás y con el pasado, poniendo por delante los aspectos positivos sobre los dolorosos. Su función adaptativa es la afiliación y el apoyo mutuo. Facilita la participación en grupos y a tener amistades. La emoción opuesta es el rechazo. Según su grado de intensidad se distinguen: la aceptación, la confianza y la admiración. Su color es el verde claro.

Miedo: sentimiento de inquietud causado por un peligro real o imaginario. Su función adaptativa es la protección, prepara al individuo para atacar o huir. Emoción opuesta: enojo. Los grados de intensidad son: aprensión, miedo, terror o pánico. Se representa por el color verde oscuro.

Sorpresa: alteración emocional transitoria que causa un hecho inesperado. La función adaptativa es la orientación. Facilita los procesos de atención y las conductas exploratorias. Permite ganar tiempo para orientarse. La emoción opuesta es la anticipación. Su grado de intensidad es: distracción-sorpresa-asombro. El color representativo es el celeste.

Las otras cuatro emociones básicas son: la tristeza, el disgusto, el enojo y la anticipación. A su vez existen las díadas primarias, secundarias y terciarias que dan origen a otras emociones, secundarias, frecuentes y menos frecuentes. De allí la asociación que Plutchik realizó con los diferentes colores, ya que las emociones pueden ser expresadas con diferente intensidad y se pueden mezclar con otras emociones para crear nuevas, como en la paleta de un pintor.

Robert Plutchik y La importancia que se le da a las emociones dentro de la educación
Robert Plutchik y La importancia que se le da a las emociones dentro de la educación

La importancia que se le da a las emociones dentro de la educación y sobre todo en educación especial es cada vez mayor. El término inteligencia emocional, entendido como los beneficios de conocer e identificar las emociones para saber controlar y gestionar nuestras expresiones de las mismas, tiene en la actualidad un lugar central en los estudios  pedagógicos.

Se ha comprobado que poseer este conocimiento nos ayuda a lograr la automotivación, la empatía y adquirir habilidad para relacionarnos con las emociones ajenas. Todo ello aumenta nuestro bienestar psico físico y nos ayuda a ser más felices.

 

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