«Workaholic»: Cómo es la vida de un adicto al trabajo
Cómo es la vida de un adicto al trabajo. Salud y sociedad.
Últimamente hemos comenzado a escuchar esta expresión para referirnos a una patología que está afectando a un número cada vez mayor de trabajadores. Es una adicción sin sustancias, que se denomina adicción al trabajo o workaholic.
Se trata de una implicación excesiva y progresiva de la persona en su actividad laboral, sin control ni límites. En la sociedad es una de las adicciones más aceptadas y justificadas, a la vez una de las más negadas por quien la sufre. Para estas personas el valor del trabajo está por encima de todo, incluso de las relaciones con compañeros, amigos y familiares, hecho que le genera problemas psicosociales, afectando incluso a su propio entorno laboral y a la organización para la cual trabaja.
A diferencia de otro tipo de adicciones, que son condenadas socialmente, los adictos al trabajo suelen recibir recompensas y felicitaciones por su desempeño. No existe aún una definición médica especialmente para este ello, aunque sí se lo relaciona con el síndrome de burnout y con los trastornos de tipo obsesivo-compulsivo.
En cuanto al género, a pesar de que afecta en mayor medida a profesionales varones entre 35 y 50 años en su mayoría liberales o de mandos medios, también se está advirtiendo un creciente número de mujeres que sufren esta patología. En total, se calcula que más del 20% de la población trabajadora mundial presenta algún síntoma de adicción al trabajo.
El término workaholic, que carga con una connotación negativa derivada de la palabra “alcoholismo”, puede hacer referencia a quienes solo manifiestan una fuerte motivación al trabajo, al deporte, a la música u otras artes. Este concepto surgió en 1968, cuando un profesor americano de religión, Oates, lo utilizó para referirse a su propio trabajo y lo comparó con el alcoholismo, sosteniendo que es una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente, que afecta a la salud, la felicidad y a las relaciones de las personas.
¿Cuáles son los signos o síntomas que nos advierten que estamos frente a una adicción laboral?
– Tendencia compulsiva a trabajar en exceso, con dificultades para relajarse: siempre tienen algo que hacer, no pueden tomar vacaciones y descansar. El trabajo constituye el centro de sus vidas y estar sin hacerlos, les puede resultar insoportable. Se muestran irritables e insatisfechos cuando no están trabajando.
– Necesidad de tener el control: se sienten incómodos cuando tienen que esperar o cuando las cosas no se hacen a su manera. No saben delegar, se sobrecargan pensando que nadie puede hacerlo mejor que ellos, no pueden trabajar en equipo.
– Problemas de comunicación interpersonal: su trabajo es más importante que la relación con los demás, descuidan a su pareja, se alejan de amigos, se aíslan, aunque estén conectados permanentemente a través del celular o de internet las 24 horas y los siete días de la semana.
– Autovaloración centrada en el trabajo, les dan mayor importancia a los resultados que al proceso que han seguido para obtenerlos. Esto conlleva una gran frustración, ya que si no obtienen lo que estaban buscando les produce un gran desaliento e impotencia. A largo plazo esto puede llevar a altos niveles de ansiedad y stress, que terminan enfermándolo. Además el descuido que tienen para alimentarse o descansar, ocasiona un sinnúmero de dolencias: cardiovasculares, respiratorias, digestivas, endócrinas, etc.
– No saben decir “no”, jamás dicen “no puedo” o “no sé” aunque esto implique problemas de familia o salud, sus obligaciones son siempre más importantes que cualquier otra cosa en sus vidas.
– Son los primeros en llegar y los últimos en irse: pueden trabajar más de doce horas y nunca es suficiente, muchas veces continúan trabajando en sus casas.
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