La historia del presente santo la encontramos en el Génesis, es decir el primer libro de la Biblia, y la contamos ya que el presente 12 de marzo es el día de San Abraham. Según cuenta la historia es por medio de Abraham como Dios funda en el mundo entero a la religión.
Abram vivía tranquilo en la ciudad de Ur, cerca de los ríos Tigris y Eufrates y su nombre significaba “padre”. Dios le encarga que se aleje de su tierra y de todos sus afectos y se dirija a vivir a un país desconocido y cuando acepta tal sacrificio, Dios le promete que sus descendientes serán dueños de aquel nuevo país. Su nuevo nombre, Abraham, significa “padre de muchos pueblos”.
Su primer hijo, Ismael, nació cuando él tenía 86 años. El mismo fue concebido por Abraham y Agar, la esclava de su esposa Saraí, ya que esta última era estéril. Al encontrarse embarazada Agar, empezó a despreciar a Saraí, quien con el consentimiento de su marido termina humillándola de tal manera que Agar huye al desierto, donde la encuentra el Ángel del Señor y le ordena regresar, con la promesa de que su descendencia se multiplicará infinitamente.
Con su esposa de ya 90 años y él habiendo cumplido los 99, Abraham había perdido las esperanzas de tener hijos con ella, pero Dios le tenía preparada una recompensa a su fidelidad. En su ancianidad concibieron a Isaac, el segundo de sus descendientes. Su nombre significa “el hijo de la sonrisa”. Ismael e Isaac convivían como hermanos que eran, y se llevaban bien, lo que disgustó a Sara, que pidió a Abraham que los eche. A su pesar, pero confiando en la promesa de Dios de que los guardaría, Abraham los despide.
Había otra prueba para Abraham y en esta oportunidad, el Señor le pide que a los 12 años de Isaac él lo ofrezca en sacrificio. A punto de matar a su propio hijo, la voz de Dios le dice: “No pongas tu mano sobre el muchacho ni le hagas ningún daño. Ahora sé que temes a Dios porque no me has negado ni siquiera a tu hijo único. He visto cuán grande es tu generosidad. Ahora te prometo que tu descendencia nunca se acabará en el mundo”.
De Isaac nacieron Esaú y Jacob. Los propios hijos de Jacob son considerados los 12 Patriarcas, y de ellos se formó el pueblo de Israel.
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