Consejos para dejar pasar ciertas cosas y vivir mejor

“El mayor grado de tranquilidad interior proviene del desarrollo del amor y la compasión. Cuanto más nos preocupamos por la felicidad de los demás, mayor es nuestro propio sentido de bienestar.” Tenzin Gyatso, 14° Dalai Lama

En el siglo sexto, Anicio Manlio Severino Boecio fue encarcelado, para ser condenado a muerte por tortura. Tales resoluciones no eran infrecuentes durante este período. Sin embargo, Boecio era un hijo bien educado de una familia aristocrática de finales del Imperio Romano. Él era un erudito, un estadista muy respetado, y figura popular en la sociedad romana. Como la política van, hubo escándalos y ofertas de trastienda. Boecio ya no encajaba en el marco del nuevo régimen y tuvo que irse. Fue durante su tiempo en lo que ahora llamaríamos “corredor de la muerte” que Boecio produjo una gran obra que llegó a influir en la gente durante cientos de años, la “consolación de la filosofía”. Tomó una mirada larga y dura en lo que pensaba a ser los cimientos de la felicidad y llegó a la conclusión de que todo lo que había tenido alguna vez (el estado, la riqueza, el poder) era un falso agarre para la felicidad.

El siguiente extracto da una idea de los pensamientos de Boecio: “Contempla la medida y la estabilidad de los cielos y, a continuación, deja de admirar las cosas sin valor”. No sólo Boecio se dió cuenta de que las posesiones mundanas no equivalen a la verdadera felicidad interna, reconoció que había algún tipo de unidad con el universo que es inexplicable.

Vio a través de su propia vida y el destino de cómo el libre albedrío y cómo Dios juega un papel importante en la vida de los individuos. Reconoció la correlación entre verse a uno mismo como algo separado y que tiene una relación divina y más cerca de Dios como paradójica. Boecio comprendió que la auto-realización, o la comprensión de nuestra verdadera identidad, y nuestra relación con Dios era mucho más importante para nuestra felicidad que cualquier otra cosa. Él escribió: “La falta de conocimiento de uno mismo es natural en los demás seres vivos, pero en los seres humanos es una mancha moral”.

Boecio tuvo que aprender a la fuerza, por lo que llegó a su última realización. No tenemos que caer en el corredor de la muerte en la edad media a la espera de ser torturado para llegar a un entendimiento de lo que significa ser verdaderamente feliz y libre. Podemos aprender de lo que otros han experimentado y están tratando de decirnos a través de sus escritos. Boecio vio que las “cosas” externas no son propicias para la verdadera felicidad y que mayor significado se puede encontrar en el interior mediante el despertar espiritual.

Por ello, les dejamos 10 recordatorios que pueden ayudar a todo ser humano vivo para que lleve su vida con más compasión y libertad.

 

1. La necesidad de tener la razón.

Todo el mundo tiene derecho a su propia opinión. Todos estamos solamente actuando de acuerdo con la información y el conocimiento que tenemos a nuestra disposición en el momento.

2. Todo lo que sentimos emocionalmente es el resultado de nuestro proceso de pensamiento interno.

Debemos darnos cuenta de esto antes de que podamos avanzar en la dirección de la verdadera felicidad. La felicidad sostenida siempre nos elude hasta nos hacemos responsables de nuestros sentimientos.

 

3. Suelta los sentimientos y pensamientos que te aferran a cosas negativas.

Esto puede ser más fácil decirlo que hacerlo para algunos. Al aferrarse a las emociones y los pensamientos negativos y dañinos se desperdicia energía. Nosotros somos los que terminamos sufriendo.

 

4. Deten tu búsqueda de la felicidad.

La búsqueda de la felicidad puede ser la misma cosa que nos impide alcanzarlo. Vive en el momento y la felicidad vendrá naturalmente.

5. Pónte en los zapatos de otras personas.

Es sólo después de que entiendes lo que otro está sintiendo y pensando que puedes mostrar verdadera empatía y compasión.

 

6. Acepta que todo cambia y todo se cumplirá.

El aferrarse al equipaje sólo hará que tu brazo se vuelva débil y dolorido. Acaricia los recuerdos felices y suelta los procesos de pensamiento dañinos.

 

7. No seas demasiado duro contigo mismo.

A menudo nos ponemos presión y plazos a nosotros mismos y a nuestras vidas. Esto termina sofocando la creatividad y la diversión. Terminamos gastando nuestra vida buscando algo o intentando lograr algo, en lugar de ser y de ver. Empezamos a vivir en el futuro, gastando de nuestros momentos de vigilia dirigidos hacia el logro de metas.

 

8. Deja de unir cosas.

Nos aferramos a las posesiones materiales, las personas y las relaciones, en la espera que éstos nos hagan felices. La realidad nos lleva a un lugar en que podemos querer, que a su vez causa dolor y sufrimiento.

 

9. Olvidate de ser y pensar y concéntrate en ayudar a los demás.

Los estudios han demostrado que las personas que se acercan los demás y ponen a otros antes de a ellos mismos, tienden a ser más felices, más sanos, y viven una vida más satisfactoria y compasiva. Todos los grandes maestros son expertos en esto.

 

10. Vive sin remordimientos.

Cada uno tiene su propio conjunto de circunstancias y capacidades. Vive tu vida, no la de otra persona. Aprovecha al máximo lo que tienes y estate agradecido por lo que te han dado.

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