Trastornos de ansiedad, agorafobia y ataques de pánico

Trastornos de ansiedad, agorafobia y ataques de pánico

Trastornos de ansiedad, agorafobia y ataques de pánico

Trastornos de ansiedad, agorafobia y ataques de pánico. Salud y bienestar.

 

Debemos diferenciar entre los trastornos de ansiedad episódicos, que son ocasionados ante una circunstancia específica, y que suelen deberse a una descarga inusual de adrenalina ante una situación muy estresante, por ejemplo, ser víctima de un robo, o un accidente.

Por otra parte, cuando la sintomatología es reincidente, estamos ante un trastorno crónico. En esta ocasión nos referimos al trastorno de pánico, definido como un episodio en que se siente gran temor, sensación de muerte, temblores, desajuste térmico, pérdida de control de esfínteres, transpiración fría, dificultad respiratoria, taquicardia, mareos, desmayos, confusión. Esta es una afección que los médicos orientales definen como un caos en el flujo de energía, generado por un descontrol del sistema neurovegetativo.

Los profesionales de la medicina tradicional occidental, tratan este síndrome, con medicación antidepresiva y ansiolítica, que suele ser muy útil como terapia de ataque.

Sin embargo, la medicina oriental y holísticas en general, consideran que la terapia correcta es, permitir al paciente recuperar el control de su mente, para ello se recurre a técnicas como la práctica del taichí y del chikung de aplicación terapéutica, las mismas permiten “anclar” la mente al movimiento y disciplinarla. El objetivo es recuperar la alineación mente-energía-cuerpo, recuperando el tiempo y espacio correctos, el aquí  y ahora. El desarrollo del poder personal, aumenta la confianza y disminuye la aprensión desmedida, la cual es semilla generadora del estado de temor extremo.

Así mismo,  se recurre a ejercicios de desintoxicación  y tonificación renal, ya que el pánico advierte sobre un estado de debilidad extrema en los riñones (extremo yin). Se aumenta el consumo de agua, frutas, vegetales, se reduce el de carnes rojas, café, té común, bebidas cola, azúcar refinado, etc. La dieta es fundamental, ya que una alimentación ácida aumenta el estrés, y una alcalina, permite oxigenar todo el sistema, recuperando el normal funcionamiento de los órganos. Es aconsejable no cenar luego de las 20 horas, tomar suaves infusiones de te de melisa, pasionaria, valeriana, manzanilla y otras hierbas relajantes.

También se recomienda hacer algunos ejercicios binaurales, de activación de ambos hemisferios, para bloquear la velocidad de “salto mental”.

El pánico deviene de un posible desarreglo fisiológico de hipotálamo, amígdala, o desajustes hormonales a nivel de la tiroides, problemas neurológicos de diferente raíz.

Cuál es  la psiquis del paciente? Su mente le impulsa a creer que se encuentra ante un serio riesgo, un  peligro de muerte. Esto se debe a que su umbral de protección se ha elevado a niveles extraordinarios, perdiendo toda proporción y correspondencia con la realidad. El organismo acciona sus  respuestas extremas: escapar, desmayarse, gritar, llorar, temblar, son conductas esperables ante una situación límite.

¿Por qué la mente es capaz de hacer esta simulación y llevarnos a “sentir” que vamos a morir, sin razón alguna? La mente lo hace, en principio, porque se lo hemos permitido, desde mucho tiempo atrás, es posible que hayamos dejado librados al azar a nuestros pensamientos. Por otra parte, cualquier detonante, será excusa para” instalar este programa con un virus muy potente” que invadirá nuestro sistema: el miedo. El miedo es una emoción conocida desde nuestros más antiguos registros genéticos, por lo que es fácilmente, identificable.

Utilizar todos los elementos que estén a la mano para recuperar el control del pensamiento, es la salida más saludable. Depender para siempre, de medicamentos implica subconscientemente, no tener el control, lo que al fin de cuentas, fortalece el síndrome. No digo que quienes estén medicados dejen su medicación, de ninguna manera, sino que busquen nuevas herramientas para complementarla y construyan en ustedes, la confianza de que en un futuro pueden ser dueños del control de su mente, su energía y su cuerpo y definitivamente, de sus emociones.

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