Cómo dejar de morderte las uñas

Casi todo el mundo ha tenido al menos un momento de morderse las uñas en su vida. Tal vez te encontraste con esa sensación de clavos entre los dientes mientras estás sentado soportando una conferencia aburrida, anticipando una reunión o mirando ansiosamente el destino de tu héroe favorito en las películas.

Morderse las uñas es un hábito que amenudo comienza en la infancia. Los estudios muestran que más de la mitad de los niños y adolescentes se muerden las uñas. Comerse las uñas es menos frecuente a partir de los 18 a 20 años, pero puede continuar hasta la edad adulta. Muchos adultos y niños a menudo no saben que se están mordiendo las uñas ya que hacerlo se ha convertido en un hábito. El problema puede ir desde un leve hábito ocasional a un problema más grave.

 

¿Por qué “morder” las uñas?

El estrés y el aburrimiento son los principales culpables de morderse las uñas para la mayoría de la gente. El hábito es a menudo una forma de aliviar la ansiedad o para mantener al menos una parte del cuerpo ocupado mientras la mente carece de interés. La frustración y la soledad son los desencadenantes emocionales adicionales que pueden conducirte a morder las uñas. Algunas investigaciones sugieren que los genes también pueden tener incidencia.

Morderse las uñas también pueden ser un síntoma de una condición psicológica, como el trastorno obsesivo compulsivo. Las personas que se lavan las manos varias veces o comprueban las cerraduras de la puerta de casa compulsivamente también pueden morderse sus uñas como parte del mismo espectro de comportamientos. Muchos niños que se muerden las uñas también tienen otros trastornos psiquiátricos, como el trastorno de hiperactividad y déficit de atención, el trastorno de oposición desafiante, trastorno de ansiedad por separación o mojar la cama.

 

Daños reales

Morderse las uñas regularmente causa graves daños a la uña y a la piel circundante, por lo cual se puede considerar una forma de auto-mutilación, similar al comportamieto de cortes en la muñeca.

Comerse las uñas tiene consecuencias físicas y emocionales. Morderse regularmente las uñas y las cutículas pueden dejar sus dedos rojos y doloridos. El área de la piel alrededor de las uñas puede sangrar e infectarse. Las bacterias y los virus se transmiten de los dedos a la cara y a la boca, que pueden hacerse vulnerables a la infección.

Comerse las uñas también puede dañar los dientes, lo que lleva a piezas dentales mal alineadas y dientes debilitados.

La apariencia de las uñas mordidas abajo también puede ser embarazoso, contando que ésto sólo puede añadirse a la ansiedad y el estrés.

 

Tratamientos para dejar de morderse las uñas

Muchos niños con el tiempo crecen dejando el hábito de morderse las uñas. Pero para los adolescentes y adultos que aún luchan con el hábito, algunas técnicas han demostrado tener buenos resultados.

  • “Escudar” tus uñas con un esmalte de uñas para que, al morder tengan sabor amargo. La idea es que el sabor desagradable te desanime a seguir mordiendo. También puedes utilizar un esmalte transparente o de color regular para evitar morderte las uñas. La misma técnica se puede trabajar con tus hijos.
  • Mantén tus uñas recortadas bien corto. Tendrás menos que morder.
  • Hazte manicuras regulares. Si vas a gastar dinero para mantener tus uñas para que se vean más atractivas, será menos probable que las muerdas (lo que arruinaría el bello trabajo de la manicura).
  • Utiliza una técnica alternativa para manejar tu estrés. Prueba con yoga, meditación, respiración controlada, o apretar una pelota anti-estrés para relajarte.
  • Puedes pornerte una banda elástica alrededor de la muñeca y que puedas tirar cada vez que tengas ganas de morderte las uñas.
  • Si has probado estas técnicas y nada ha funcionado, puedes probar poniéndote unos guantes o vendas autoadhesivas en las puntas de los dedos para que tus uñas no sean tan accesibles a una mordida.

Por supuesto que si el problema continúa, debes hablar con tu médico o profesional de la salud mental por la consistencia de esta conducta y tu ansiedad y estrés. Podría ser un signo de un problema psicológico más grave, muchos de los que pueden ser tratados con el asesoramiento o medicamentos adecuados.

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