¡Peligro, alacranes! ¿Por qué se han vuelto una plaga?

Los alacranes o escorpiones, son un tipo de arácnidos provistos de un par de pinzas y una cola que termina en aguijón. Aunque se conocen más de mil especies distintas, solo una pequeña cantidad de ellos pueden resultar venenosos.

Por lo general habitan terrenos arenosos o desérticos y hay algunos que son arborícolas, trepadores, erráticos o cavernícolas. Se encuentran en todos los continentes con excepción de la Antártida, sobre todo en las regiones tropical y subtropical. En nuestro país, se registra en los últimos años un incremento en la aparición de estos insectos, en diferentes ciudades y provincias. Lo llamativo es que ésto se da en zonas urbanas de las provincias más grandes: Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Concretamente en la provincia de Córdoba, se detectaron dos especies. Una es la bothiurus bonariensis y la otra es tityus trivittatus, que es la más peligrosa por su veneno. La diferencia es que ésta cuenta con tres rayas en su dorso, y la otra tiene un color uniforme. Tiene un color miel, bastante claro, su cuerpo es estilizado y tiene pinzas largas y finas. Su aguijón posee una punta bien afilada y otra más pequeña debajo. Desde el centro de zoología aplicada de la Universidad Nacional de Córdoba, explican que la especie venenosa ha invadido las zonas urbanas porque se alimentan de cucarachas. Por otro lado sostienen que el alacrán habita en los desagües, y en jardines con pasto alto, acumulación de escombros, ladrillos o leña. Para quien haya sufrido picaduras de este insecto, hay una serie de medidas que se deben tomar. En primer lugar se debe acudir al centro de salud más cercano  y luego informar sobre la aparición del mismo al centro de epidemiología municipal o provincial habilitado para tal efecto.  A los 30 minutos la persona que fue picada por un alacrán puede comenzar a sufrir vómitos, sudoración y temblores. La picadura no deja marcas pero sí es muy dolorosa. Hay un tiempo de aproximadamente seis horas en las cuales se puede recibir el antídoto. La prevención consiste en no intentar atrapar a este insecto sin tomar las medidas adecuadas. No caminar descalzo sobre todo de noche, ya que es de hábitos nocturnos. Sacudir ropa y ropa de cama antes de usarla. Tratar de no acumular basura o escombros en rincones. Tapar los resumideros, porque  por allí pueden ingresar a las viviendas. Colocar burletes en las puertas y principalmente, eliminar su alimento: las cucarachas.

Sea el primero en comentar

Deje un comentario

Tu dirección de correo no será publicada.


*