Y llegamos a la última parte de este importante reportaje que recorre los primeros avances científicos que se tienen sobre el efecto de Internet en la neuroplasticidad del cerebro. A continuación veremos dos nuevos casos que ponen sobre el tapete los efectos nocivos que produce el hábito de la red.
La mente se consume a medida que la historia de los medios digitales evoluciona, produciendo un impacto nocivo en el individuo que va desde la lectura superficial, la multi-tarea en el cerebro, o el pensamiento rápido (conexiones neuronales débiles), hasta un déficit de atención y memoria a largo plazo.
En otras palabras, la mente se entrena para la enfermedad y las adicciones se ven reforzadas por el fortalecimiento de esas vías plásticas en el cerebro.
2do caso: Déficit de atención
David S. y Teresa Dobson (2001) pidieron a setenta personas que leyeran un cuento de la escritora Elizabeth Bowen. Un grupo leyó el cuento en su formato tradicional de texto lineal; otro leyó una versión con vínculos de los que se encuentran comúnmente en una página web.
Los lectores de hipertexto tardaron más en leer el cuento.
Además, en las entrevistas subsiguientes también demostraron mayor confusión e incertidumbre acerca de lo leído. Tres cuartos de ellos dijeron haber tenido dificultades para seguir el texto, mientras que sólo uno de cada diez entre los lectores de texto lineal refirió tales problemas.
La conclusión de los investigadores fue que el hipertexto parece disuadir de una lectura absorta y personal. La atención del lector se dirige a la maquinaria del hipertexto y sus funciones más que a la experiencia que ofrecía la historia.
La falta de autorregulación, la dispersión del foco de atención, y el alto nivel de actividad y excitación con problemas de inatención, son efectos negativos sobre la neuroplasticidad que se presentan en personas adictas al Internet, lo que supone unadisminución de neurotransmisores como la norepirefrina y la dopamina.
Esta reducción afecta a ciertas regiones del hemisferio cerebral derecho y supone un atraso en la maduración de la corteza cerebral, especialmente de los lóbulos frontales y sus divisiones prefrontales.
Dicho de otro modo la sobrecarga de la capacidad cognitiva debido al exceso de información descontextualizada afecta el proceso de aprendizaje y memoria.
3er caso: Obsesión
Peng y Lam (2011) presentaron un estudio sobre las costumbres digitales de los adolescentes de China. El exceso de horas mirando la pantalla del ordenador genera toda una sintomatología patológica en los usuarios que los vuelve irritables, obsesivos y tendentes a la frustración.
El experimento consistió en evaluar a 1.041 adolescentes entre 13 a 18 años que no presentaran cuadros de depresión. Al cabo de 9 meses se constató que las posibilidades de padecer una sintomatología compatible con la depresión era 1.5 veces más grande entre los adictos a Internet que entre los usuarios que habían mantenido un uso moderado de la red.
Las personas con un trastorno obsesivo-compulsivo suelen sufrir la alteración de un circuito cerebral regulador conformado por áreas de la región frontal, el tálamo y los ganglios basales. La compulsividad produce un desequilibrio en la dopamina y la serotonina.
3. Conclusiones
Somos la única especie que recurre a la plasticidad del cerebro para reorganizarse, perfeccionarse y adaptarse según nuevas experiencias, sin embargo, cada individuo es único e imprevisible de su propia evolución y las alteraciones que puede sufrir de acuerdo con estos factores varían.
Diversos estudios han demostrado que esta herramienta desarrolla en el ser humano la capacidad de multitarea (mediante sobrecarga cognitiva), interfiere con la direccionalidad, selectividad y organización de la información, produce un declive del pensamiento profundo aplicado, pero sobre todo, se modifica biodinámicamente los circuitos cerebrales y sus productos cognitivos.
La neuroplasticidad proporciona ese eslabón desconocido para entender cómo los medios informativos y digitales ejercen una poderosa influenciasobre las relaciones entre individuos, el desarrollo de nuestros hábitos, formas de pensar y falta de empatía solo por la estructura de la información y por ende, sobre el desarrollo de la civilización a nivel biológico.
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