Adicciones: causas y consecuencias. Auto recuperación en la confianza

Adicciones: causas y consecuencias. Auto recuperación en la confianza

Adicciones: causas y consecuencias. Auto recuperación en la confianza

Auto recuperación en la confianza. Salud y bienestar.

 

Cuando hablamos de adicciones, sabemos que no se refiere sólo al consumo de ciertas drogas, sino a un amplio espectro de probabilidades, existe la adicción a substancias como el alcohol, las drogas de cualquier tipo ya sea naturales o químicas, el tabaco, la comida, la cafeína, incluso las bebidas cola. En segundo lugar, recordamos las adicciones a ciertas actividades: ver televisión, juegos interactivos, ludopatías de apuestas, hobbies, acumulaciones, ejercicio físico, trabajo, limpieza, enfermedades (hipocondría), cleptomanía. En tercer lugar reconocemos las adicciones emocionales: ira, culpa, celos, miedo, pensamientos obsesivos, perfeccionismo, aprensión, mitomanía, etc.

Todas estas adicciones, tienen un primer aspecto en común: la atención distorsionada. ¿A qué me refiero? Si nos adentramos en la mente de los adictos a cualquiera de las opciones, veremos que su pensamiento se ha descentrado, ha perdido su equilibrio, aquel que le permitía prestar a todas las cuestiones de la vida, una misma calidad de atención. La persona adicta abandona cada vez más actividades que lo distraen del objeto de su adicción, hasta que solamente esa actividad o consumo, constituye el centro de su vida.

El segundo aspecto en común, es la carencia previa: la adicción siempre llega a reemplazar una carencia, fundamentalmente emocional. Se reemplazan experiencias afectivas fallidas, abandono, abusos, soledad, pérdidas materiales, pérdidas familiares, desarraigo, etc. Estas falencias han minado los cimientos de la psiquis, y sobre todo, han reducido la energía personal, especialmente la volitiva.

Entonces el tercer factor es la falta de voluntad. El deterioro energético y de la salud, son consecuencias de todos estos factores. La salida se pierde de vista, porque la persona está concentrada en un mundo de compensaciones infinitas y cíclicas, donde la culpa y la satisfacción del impulso, no dejan de sucederse.

Los tratamientos varían y todos pueden resultar sumamente útiles. Sin embargo, muchos fallan en un sentido en particular, según mi modo de verlo: se le proporciona un punto de apoyo exterior al enfermo, algunos tratamientos suplantan la adicción a tal cosa, con la dependencia crónica, a un terapeuta, a un sacerdote y su idea espiritual, a un grupo eterno de apoyo, etc.

La falla de este sistema, es que el adicto nunca vuelve a creer en sí mismo, nunca se convence de que es el único artífice real de su sanación. El ejercicio de su voluntad, de su libre albedrio, la recuperación por el amor a sí mismo, son claves para una verdadera recuperación. Cuando escucho a algunos religiosos decirles a los adictos: Jesús te salvará, Dios te ayudará o el padre xx te sacará de tu infierno… no me parece correcto, justamente, lo que ha llevado al adicto a su condición es la falta de fe en sí mismo ante la carencia, ante las situaciones adversas que no ha podido resolver. No hacen más que reafirmarle que no es capaz de resolver su vida, que no tiene fortaleza para ejercer su voluntad ¿entonces le cambian una adicción por otra?, muchos tienen severas recaídas, en cuanto se alejan de sus grupos de apoyo, esa debería ser una señal de que estas terapias no construyen verdaderas bases en el interior de la persona, sino sólo en el exterior.

Sería más útil, según mi humilde opinión, permitir a la persona enfrentarse a sus demonios, a sus miedos y miserias, pero desde una perspectiva nueva, amorosa… restaurar la confianza en sí mismo, generar en su interior un superhéroe con su nombre y apellido, un guerrero que toma decisiones nuevas porque desea una nueva vida. La única sanación valedera es la que se construye desde adentro hacia afuera, es la que no tiene recaídas, porque se planta en la convicción personal de querer ser libre de cualquier dependencia, ya sea de substancias, actividades, sentimientos  o personas.

Y este es el mejor factor en común de los adictos: la necesidad intrínseca de ser libres.

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