Casa “On the rocks”

Esta vivienda es la síntesis perfecta, labrada en la tierra. Si llegas por su parte trasera, parece un enorme búnker incrustado en las rocas. Pero si la rodeas, una inmensa cristalera y una sorprendente chimenea exterior la convierten en la casa de nuestros sueños.

 

Casa “On the rocks”

Haciendo (con su nombre) homenaje a la imponente roca que le da cobijo, The Pierre se sitúa estratégicamente para dejar libres las partes del terreno pobladas de vegetación; y gracias a sus materiales naturales, la piedra y el follaje que la rodea, y su tejado verde, casi desaparece en la naturaleza. Para conseguir la colocación perfecta de la vivienda, se realizó una minuciosa excavación conseguida mediante una combinación de trabajao manual y mecánico.

El contratista utilizó grandes taladros para fijar el contorno de la estructura, y después añadió el trabajo de la dinamita, de astilladoras hidráulicas y de sierras de alambre y otras herramientas manuales para trabajar cada vez de forma más precisa según progresaba la construcción.

A excepción de una suite de invitados en un piso inferior, todas las estancias de la casa están al mismo nivel, uniendo cocina americana, comedor y salón. Una estructura de madera fabricada con revestimiento recuperado de una casa diseñada por Lionel Pries, abre paso a la casa desde el exterior. Dos grandes librerías abiertas sirven de acceso secreto a la zona de lavandería y despensa.

Y una gran puerta abatible de acero y cristal da acceso a la terraza. La roca sobresale en varias ocasiones en el espacio habitable, contrastando con las lujosas texturas del mobiliario y las cascadas de agua que caen sobre tres lustrosas pilas excavadas también en la piedra. Y en el aseo, fuera del espacio principal, un espejo situado dentro de un tubo vertical que atraviesa toda la estructura, refleja la luz natural en toda la estancia.

Parece difícil imaginarse la manera de integrar piezas de arte y diseño en esta estructura tan particular construida a partir de acero, hormigón y yeso. Sin embargo, Olson Kundig Architects aprovecharon de la mejor manera posible el fondo neutro y se hicieron con una exquisita selección de obras de arte contemporáneo. El mobiliario antiguo y las piezas de decoración customizadas se unen a una preciosa colección de lámparas, hechas a medida por la diseñadora Irene McGowan, para ponerle la guinda al pastel.

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