Los aspectos evolutivos del hombre a lo largo de la historia – (Sahelanthropus tchadensis)

Trate de imaginar cómo seríamos nosotros, los seres humanos, hace 6 o 7 millones de años atrás, quizá sea bastante difícil de hacerlo, pero gracias a los descubrimientos hechos por un equipo de paleontólogos franceses y chadianos, hoy podemos saber cómo lucían nuestros más primitivos ancestros.

En el desierto de Djurab, República de Chad, se han hallado restos fósiles que según los estudios datan de entre 6 y 7 millones de años, pertenecientes a finales del Mioceno. Entre los restos encontrados se hallan: un cráneo, dos fragmentos concernientes al maxilar inferior y tres dientes. Para el desentendido, a simple vista solo parece un cráneo de un chimpancé, pero el minucioso estudio de sus partes más características y la reconstrucción facial a través de tecnologías especiales, mostraron resultados asombrosos, se trata (aunque todavía está en tela de juicio) del antepasado homínido más antiguo, que según la clasificación taxonómica se ubica como ancestro común entre los pánidos (chimpancé) y el género homo, el espécimen del cual generaciones de sucesores desembocaron en el homo sapiens-sapiens.

El cráneo que se ha encontrado, muestra un arco supra-orbital prominente, una capacidad cerebral de 350cm3 (lo que sería similar a los chimpancés de la actualidad), tampoco posee cresta craneal, pero a pesar de éstas descripciones lo que más resulta llamativo es su orificio occipital que sugiere que hacía uso de la bipedación, es decir caminaba o se trasladaba ciertas distancias en sus dos patas traseras. Su semblante facial mostrado en la reproducción a partir de sus restos fósiles, lo asemejan en tanto a un humano, sobre todo la disposición de sus dientes, en donde se aprecian caninos pequeños y que a juzgar por su ligero esmalte tenía una nutrición vegetariana. Muy poco se sabe acerca de su forma y estilo de vida, no más que habitaba zona vergeles, y que probablemente tenía una estatura no superior a 1.20m, pero lejos de lidiar con un comportamiento humano, seguramente estemos tratando con algo más semejante a un animal.

Toumaï, como fue apodado el resto fósil encontrado, es un hallazgo interesantísimo, una especie que mezcla un cráneo simiesco con características faciales humanas, una pieza que aumenta la historia evolutiva que emparenta con el hombre y que lejos de aclarar nuestra forma de evolución, parece que al hacerse cada vez más compleja, se dificulta encontrar respuestas perfectamente concisas.

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