La competencia laboral exige preparación continua y actual, y por eso es recomendable para toda PyME la preparación integral de sus empleados. En primer lugar, genera empleados eficientes y satisfechos. En segundo lugar, genera egresados con espíritus emprendedores y ansias de continuar aprendiendo.
En muchas empresas, las personas pueden aprender su oficio y el desempeño de su labor de forma empírica, sin ningún tipo de entrenamiento teórico. Esta forma de aprendizaje suele no dotar profesionalidad en el empleado, y tanto las equivocaciones como las soluciones a estas van surgiendo en el momento, a través de procesos de prueba y error. Contar con un programa de capacitación previa le da una ventaja a la empresa sobre esta situación.
La destinación de fondos económicos a formaciones integrales del capital humano no debe considerarse un gasto o una pérdida, sino todo lo contrario, ya que es sin dudas una inversión que retorna inmediatamente en rendimiento. Esto ha sido comprobado por numerosos estudios de empresas.
El beneficio además no estará solamente en el desempeño del trabajador en su labor, sino en su apreciación de la compañía, y probablemente su lealtad a largo plazo. Las empresas que proveen de capacitaciones, cursos y/o contratan a consultoras externas para esta tarea, han comprobado que la respuesta de sus empleados es positiva, viven la experiencia con (y como) un significado de pertenencia y de apreciación que el empleador tiene hacia ellos.
Un 10% de aumento de salario no tendrá tanto impacto en la persona. En cambio, una inversión de ese mismo 10% en su formación la hará sentir recordada y valorada; entenderá que la empresa está invirtiendo y preocupándose por él y por su futuro en su puesto de trabajo, con posibilidad de ascender a otras posiciones. Esto se traducirá en un mejor desempeño, desde lo emocional y desde lo profesional.
Si hablamos de asalariados jóvenes dentro de la PyME, existen aquellos que sostienen que contratar estudiantes o pasantes puede resultar riesgoso, y prefieren así optar por candidatos con experiencia en vez de profesionales recién recibidos.
Sin embargo, empresas de distintos rubros han hallado que la juventud tiene un gran potencial. Estudios recientes confirman que los trabajadores apoyados por sus compañías para recibir preparaciones integrales responden a la empresa con fidelidad y talento. La excelencia se consigue gradualmente, con el tiempo y la dedicación que el empleado brindará si se siente valorado en su puesto y agradecido con la oportunidad.
Es recomendable para toda PyME realizar un análisis en profundidad de su situación actual, y considerar la posibilidad de invertir en la preparación del capital humano, ya que se ha comprobado que, sin dudas y a la brevedad, devolverá grandes beneficios.
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