Aprendizaje colaborativo, un desafío para la educación

aprendizaje colaborativo
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Aprendizaje colaborativo (AC) se refiere a la actividad grupal desarrollada en un aula o salón de clases. Los alumnos forman pequeños equipos en los que interactúan en un proceso gradual, por medio del cual socializan y construyen conocimientos. La colaboración es un catalizador de conocimientos a través de la cual se logran grandes avances de los alumnos dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.

El aprendizaje colaborativo en sí, es aquél que se construye en base a una interacción en un contexto social. Incluye elementos como la responsabilidad compartida y el establecimiento de consensos como meta en común. Por otra parte, el  AC con incorporación de tecnología consiste en que dos o más personas compartan la responsabilidad de la construcción del aprendizaje, basándose en la interacción y la toma de decisiones, utilizando recursos tecnológicos como mediadores de este proceso.

Johnson y Johnson lo definen de la siguiente manera: “es un sistema de interacciones cuidadosamente diseñado que organiza e induce la influencia recíproca entre los integrantes de un equipo”. En el aprendizaje colaborativo todos los integrantes se sienten  mutuamente comprometidos con el aprendizaje de los demás y se genera una interdependencia positiva alejada de la competencia.

Los métodos que se emplean básicamente tienen que ver con el trabajo grupal caracterizado por la interacción y el aporte de cada integrante del grupo. Se necesita compartir experiencias y conocimientos, además de tener una meta grupal suficientemente clara. Estos métodos de instrucción y entrenamiento se pueden basar en la tecnología y en estrategias de desarrollo grupal e individual.

En el aprendizaje colaborativo intervienen alumnos, docentes, ambiente, condiciones administrativas y también puede haber recursos tecnológicos. El rol del docente es fundamental en este tipo de dinámica, en este sentido debe ser un tutor o facilitador que esté convencido de los beneficios de este tipo de aprendizaje y que esté decidido a adoptar los cambios que se requieran.

Por su parte, los alumnos deben mostrar una actitud de comunicación y de participación. Por lo tanto, deben trabajar en equipo para cumplir el objetivo común, ser responsables de hacer su parte del trabajo y compartir lo que hayan investigado con los demás.

También deben estar dispuestos a intercambiar información, razonamientos, puntos de vista, toma de decisiones, comunicación y al manejo de las dificultades que se les presente. Además en conjunto los miembros del grupo deberán fijar los objetivos a corto y largo plazo y revisarlos periódicamente para confirmar si se están cumpliendo o no. De no ser así tendrán que hacer los cambios necesarios.

Algunos de los productos que los docentes pueden solicitar que se elaboren a través de una trabajo colaborativo, pueden ser: mapas conceptuales, análisis de caso,  reporte de investigación, diagnóstico situacional, propuesta de la o las soluciones, autoevaluación, entre otras.

Una vez finalizado el trabajo es recomendable realizar plenarios sobre las conclusiones acerca de la calidad del aprendizaje y la dinámica del trabajo, para que los alumnos sean conscientes de cómo se desempeñaron tanto en sus equipos como de manera individual.

También es recomendable retroalimentar a todos los equipos durante el trabajo, registrar las observaciones que se hagan sobre las habilidades de los alumnos, planificar actividades de motivación, utilizar técnicas de autoevaluación para saber que los alumnos han entendido las explicaciones y si se realiza un examen, organizar actividades para revisar los contenidos.

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