Quizás alguna vez te haya pasado, tener que presenciar un accidente, o estar frente a una persona que sufre un ataque repentino de algún tipo. En ese momento probablemente hayas visto personas que actuaban en forma inmediata “asistiéndola”, haciéndole técnicas de respiración y practicándole maniobras. Si esto llega a pasar alguna vez en tu casa, en tu entorno, en una reunión de amigos, o donde sea que ocurra, ¿Te verías preparado para ponerte al frente de la situación y socorrer a las víctimas? Los primeros auxilios se pueden aplicar en muchas circunstancias, como desmayos, fracturas, mordeduras o picaduras de insectos, choques, quemaduras por el sol, entre otras, pero a veces, las situaciones pueden ser tan extremas, al punto de poner en juego la vida de una persona. Por eso, a veces es muy valioso contar con conocimientos sobre primeros auxilios.
¿Y si estas solo, y te toca actuar a vos? ¿Qué se hace? ¿Cómo se puede ayudar a la persona y no generar más pánico aún? Un curso interesante que permitirá que puedas adquirir estas técnicas es el de “Primeros Auxilios”. Actualmente, muchas instituciones lo ofrecen y dentro de sus propuestas encontrarás técnicas que resultan muy útiles de saber, como por ejemplo, auxiliar a personas con heridas, quemaduras, quebraduras, paros cardio-respiratorios, etc.
El dato concreto que tenemos como disparador es que en muchos países cada 20 minutos una persona sufre de un paro cardíaco y la actuación clave debe ser dentro de los primeros cinco minutos, para reducir no sólo las posibilidades de muerte sino también para disminuir las posibles secuelas que pueda tener la víctima.
Una vez que ya se produjo un accidente que nos tiene como testigos clave, es “activar” de forma eficiente la asistencia a la víctima, dándole aviso alguna persona que se encuentre cercana a la escena, de que hay una persona herida o con un accidente o paro, que debe ser asistida de forma urgente. En esta instancia es necesario no transmitir nervios al resto de las personas que se encuentren presentes, mucho menos a la víctima si se encuentra consciente.
A veces para ayudar en este tipo de situaciones no basta con nuestra buena voluntad, sino que debemos conocer y aplicar una serie de conocimientos, técnicas y actitudes que son muy fáciles de aprender. Por eso, muchas personas se interesan cada vez más, en aprender primeros auxilios. Algunos, solo por la simple curiosidad de aprender algo útil y que puede tener aplicación en cualquier momento de la vida; otras personas, por haber tenido una experiencia traumática y en la que se han dado cuenta de que no sabían qué hacer ni cómo reaccionar frente a esa situación. Muchas empresas de gran nivel, incorporan a sus empleados charlas intensas sobre Primeros Auxilios, ya que son lugares donde con mucha frecuencia ocurren accidentes y se debe asistir en forma inmediata a las víctimas hasta que llegue la Asistencia médica.
Lo que debes saber, entre las cosas más importantes, es que si te encuentras frente a una víctima de algún tipo de accidente o paro cardíaco, que requiera de tu intervención inmediata con Primeros Auxilios, es no debes entrar en pánico. Lo que se busca es procurar una óptima asistencia a las víctimas en el lugar de los hechos, hasta que las asistencias médicas se hagan cargo de la estabilización y traslado de las personas afectadas, por eso es importante tomar control correctamente de la situación.
Uno de los puntos clave es, “proteger” las situaciones de nuestra vida cotidiana de posibles incidentes. Esto se basa en prevenir, es decir, generar situaciones óptimas en el lugar de trabajo, el hogar, atender esos lugares y prestar importante atención a los factores que puedan resultar posibles disparadores de accidentes. Esto se basa en conocer qué riesgos tiene el lugar habitual de nuestra vida cotidiana y tratar de implementar acciones para evitar el número de situaciones accidentales.
Podremos encontrar en Internet millones de explicaciones de qué es el RCP y cómo actuar en casos de accidentes, pero lo ideal siempre es tomar un curso de Primeros Auxilios para saber exactamente qué hacer, cómo hacerlo y no actuar de forma equivocada, siendo conscientes de que tenemos en juego nada menos que la vida de una persona.
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